jueves, 24 de diciembre de 2009

Episodio especial de Navidad

Hola, duendecillos:
A pesar de que la vida, eufemismo que usamos para referirnos a los errores que cometemos unos y otros, le ha ido quitando brillo a estas fechas que se supone deben ser entrañables, no me resisto a desearos a tod@s una feliz Navidad, y que el 2010 os traiga todo lo que necesitáis, o al menos, todo lo que queréis.

martes, 15 de diciembre de 2009

Episodio 51: Eso no es lo peor

Buenas noches, propietari@s de un alma:
Tal vez no sea más que el invierno, que me pone un tanto cenizo, pero últimamente percibo un panorama bastante negativo de puertas adentro cada vez que echo la cara a un periódico o una cadena de televisión.

Ya es bastante malo que nadie sepa cuándo vamos a salir de la crisis en la que estamos inmersos y que nadie sea capaz de ofrecer una noticia positiva en cuanto se saca el tema de la economía y el futuro cercano del empleo. Pero eso no es lo peor.

Tampoco mola que en titulares el Gobierno sea incapaz de ofrecer medidas medianamente efectivas para combatir los problemas del país sin contar con aliados como mínimo sospechosos, ni que la oposición esté demasiado ocupada autoaniquilándose como para ofrecer algún tipo de alternativa. Ni mucho menos mola que lo único en lo que ambos estén de acuerdo es en lo mucho que se odian mutuamente. Pero nada de eso es lo peor.
No es lo peor que, como ya dije en otro episodio y no voy a repetir para no hacerme más cansino de lo que ya soy, los profesionales de la comunicación se atribuyan qué es noticia y qué no, o cuándo empieza o deja de serlo.
Ni lo es que los periódicos y cadenas de televisión se hayan vuelto de la noche a la mañana abierta y públicamente izquierdistas o derechistas y al que no le guste (servidor) que le den. La objetividad ya no es una opción en un medio perteneciente a un gran grupo empresarial con inevitables conexiones e influencias políticas.
Que los ya mencionados profesionales aprovechen la situación para embarcarse en un fuego cruzado cuajado de descalificaciones personales, insinuaciones perversas disfrazadas (o ni siquiera) de chistes, represalias cainitas y peleas fratricidas entre programas, diarios y emisoras no es lo peor, no señor.
¿Y cómo va a ser lo peor que el periodismo, digamos, serio, esté adquiriendo los peores vicios del deportivo e incluso del rosa y se atreva a adornar la información con adjetivos (des)calificativos de todo tipo y a mezclar en la misma frase información y opinión sin pestañear?
¿Y qué es lo peor, os preguntaréis si no os habéis hartado de leer hace un rato? Pues que desde pequeño mi vocación ha sido la de periodista, y en estos mismos momentos me estoy acordando de la madre que los parió a todos.

Is this the world we created?
What did we do it for?
Is this the world we invaded
Against the law?
So it seems in the end
Is this what we're all living for today?
The world that we created.
Queen. Is this the world we created.

lunes, 30 de noviembre de 2009

Episodio 50: El siglo de la semana

Hola, jóvenes y jóvenas:
Viendo que estamos a 30 de noviembre y llevo una cantidad francamente vergonzosa de entradas este mes, me he animado a producir un episodio especial para salvar un poco las apariencias. Ya veis, amig@s, la sinceridad es contraproducente, te hace quedar mal.
El caso es que, como tod@s sabréis, a no ser que hayáis pasado la última semana en un iglú en Laponia, ayer se jugó el Barça-Madrid, y por un partido que dura un par de horas, los medios se han tirado una semana dando la barrila sin parar sobre el "clásico". Y nos esperaría otra semana similar si no hubiera sucedido algo que ensombrece los análisis y las consecuencias de tamaño evento, como el horroroso caso de la niña de Tenerife. De este caso se hablará mucho esta semana, con detalles de todo tipo sobre víctima, familia, culplable que no lo es, etc. Después, vaticino sin esforzarme demasiado, se irá olvidando.
Todo pasa y todo queda, decía Serrat. Los cementerios están llenos de gente que se creía impmrescindible, decía una amiga el otro día. Nada es eterno, nada parece importar. Esto es así. El partido del siglo lo es durante una semana, como lo fueron todos los anteriores, y como lo fueron las bodas del siglo y los acontecimientos del siglo, que incluyen guerras, asesinatos y todo tipo de barbaries. Las noticias se desgastan más deprisa que la tiza en un colegio, los periodistas las preparan en menos tiempo del que tarda en imprimirse un folio y los ciudadanos las consumimos con mayor voracidad que una hamburguesa en un local de comida rápida.
Y así, claro, las hamburguesas pierden el sabor, las impresiones pierden calidad y las noticias pierden importancia. Da igual quién ha muerto, quién ha matado, quién es feliz, quién ha ganado o perdido, porque todo eso ya ha pasado, y sólo importa lo que vendrá después. Y todo eso mientras, desde los propios medios, todas esas personas que se encuentran en el candelabro momentáneo subrayan que lo importante es vivir el momento, respuesta muy común entre los famosetes a la pregunta de por qué tienen el cutis tan terso.
Puede que sea una más de mis películas mentales, pero no me gusta la sensación de que todo tiene una fecha de caducidad tan corta. Que el tiempo pasa deprisa, sobre todo cuando uno se divierte, ya lo sabíamos, pero eso no obliga a quemar los puentes a nuestra espalda tan rápido como lo hacemos en la sociedad actual. Tampoco es que sea partidario de abandonar las ciudades y volver a vivir de la tierra así en masa, pero me parece que debemos encontrar nuestro ritmo, y que aquellas instituciones que gobiernan nuestras vidas, y, no nos engañemos, los medios de comunicación son una de ellas, deben contribuir en lugar de hacérnoslo más difícil. A no ser que les dé igual quedarse un día sin clientes. Y puede que ese sea el problema.
¿Qué optimista, no? Pues no os preocupéis, porque ya pasó.
These days - the stars ain't out of reach,
These days - there ain't a ladder on the streets,
These days - are fast, nothing lasts
There ain't no time to waste
There ain't anybody left to take the blame,
There ain't anybody left but us these days.
Bon Jovi. These days.

viernes, 27 de noviembre de 2009

Episodio 49: Abre la boca y cierra los ojos

Hola, gourmets y sibaritas:


Habitualmente soy bastante timorato y reservado, y me gusta más encerrarme en mi concha y seguir mis rutinas varias que lanzarme a aventuras de cualquier tipo. Pero claro, uno tiene sangre en las venas y, aunque no sea de forma regular, de vez en cuando también me meto en el barro hasta las ingles. Aunque también es cierto que algunas de esas veces lo hago más por el "que no se diga" que por pura convicción. Digamos que mi espíritu de Indiana Jones es escaso. Lo paso mal escuchando un disco nuevo con el puro deseo de que cada una de las canciones me guste hasta el extremo. En temas cinematográficos, la experiencia me ha afilado un tanto el morro, y me he vuelto un tanto selectivo y exigente, sobre todo si me toca pagar. De cuando conozco a alguien prefiero ni hablar.

Sin embargo, como toda regla tiene su excepción, hay algo en lo que me encanta meterme de lleno: la comida. Siempre me he considerado bastante echao p'alante a la hora de probar cosas nuevas cuando voy a un restaurante. No me resultó nada difícil probar el sushi, a pesar de que "soy de carne", por decir suavemente que el pescado me gusta más bien poco. Tengo mis manías, pero el comer es uno de los campos de la vida en los que tengo menos problemas.

La afición a comer se complementa además con lo que yo llamo "cocina teórica". Meto la nariz en todos los libros de cocina que puedo, y disfruto como un enano con los programas de recetas (lo último que he descubierto, los programas de Iron Chef por capítulos en Youtube). Aún no soy un cocinero avezado ni muchísimo menos, pero también me gusta aplicar a lo que me hago cosas que he visto o leído sin siquiera haberlas probado previamente. Los resultados, dispares, claro. Si pudiese, me iría a vivir a un supermercado, pero como, después de andar perdido entre sus pasillos durante un buen rato, siempre toca volver a casa, me gusta hacerlo con alguna cosa que me ha llenado el ojo. Mi familia suele usarme de conejillo de Indias gastronómico: "prueba esto a ver qué te parece...". La última prueba doméstica ha sido el sharoni, fruta de la familia del kaki, que pasó la prueba sin volverme loco.

Volviendo al tema de ir a restaurantes, uno de mis hobbies favoritos y que menos practico, para mí supone toda una emoción, y coger la carta y elegir plato es para mí todo un ritual. En realidad, algunas veces me irrita la ligereza con la que la gente elige su comida, mientras a mí me gusta darle vueltas al menú y pensar que tomaría uno de cada. Intuiréis que no soy un comensal exigente en demasía, pero tampoco un tragaldabas que se come todo lo que le echan como si tuviera una escudilla bajo la cara. Intento disfrutar del momento, aunque soy incapaz de comer despacio, lo confieso.

En fin, podría escribir líneas y líneas sobre cocina, cocineros y daros unas cuantas recetas, pero todo esto en realidad viene a ser poco más que una frivolité, una nota autobiográfica de la que, como mucho, podéis concluir que os animo a probar cosas nuevas sin mieditos ni prejuicios. Ahí lo dejo.
¡A comer!

Where To, where do I go?
If you never try, then you'll never know.
How long do I have to climb,
Up on the side of this mountain of mine?

Speed of sound. Coldplay.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Episodio 48: Nuevo refrito

Hola, niñas y niños:


Aprovechando que se cumplen cuarenta años del nacimiento de Barrio Sésamo y que al mismo tiempo no se me ocurre nada mínimamente interesante para actualizar este serial, voy a volver a recurrir al autoplagio poniendo un texto que escribí el año pasado, a ver si no ahuyento a los cuatro lectores que tengo por aburrimiento. Espero que os guste.

Mi tortuga se llama Batista

El desconcertante título de este artículo corresponde a la declaración de un niño de seis años. Para quien no lo sepa, Batista es un “animal” de casi dos metros y 150 kilos que se dedica profesionalmente a repartir mamporros en un ring de lucha libre. Otro apunte: “En el colegio nos han mandado que mañana llevemos nuestro juguete favorito a clase, pero como son deberes, no pienso hacerlo”. Esta perla es pronunciada por Bart Simpson en uno de los episodios de la serie que llega a todos los hogares españoles a diario en horario de sobremesa. Y si a alguien no le gusta, también puede elegir la versión corregida y aumentada, “Padre de familia”; su equivalente japonesa “Shin-chan”; y, los fines de semana, “Pressing Catch”, el programa de lucha americana y hogar del mencionado animal. Desde mi experiencia docente de diez años puedo afirmar que estos son algunos de los programas favoritos de los niños de hoy en día en nuestro país, y también puedo afirmar que semejantes ejemplos no ayudan en absoluto a su educación.

El atractivo de estas series es similar: se transgreden todo tipo de normas, se hace caso omiso a cualquier tipo de autoridad (los padres, el director del colegio, el jefe, la policía…) y se hacen referencias explícitas a temas inasequibles a una edad tan tierna como el sexo o las drogas. El vocabulario y los razonamientos de Stewie Griffin, el ¡bebé! del clan de “Padre de familia” son todo un catálogo de subversión, incluyendo el odio cerval a su madre y sus ansias de dominar el mundo. “Pressing Catch”, por su parte, cuenta con delirantes argumentos donde los problemas personales se resuelven a puñetazo limpio. Los actos de los personajes no tienen consecuencias, cuando se acaba el programa, se acaba el problema, y casi siempre salen mejor parados “los buenos”. No pasa nada. Tampoco se trata de que, por verlas, las futuras generaciones vayan a convertirse en asesinos en serie, pero los chavales necesitan un espejo en el que mirarse. Y cómo vamos a comparar una buena gamberrada de un niño amarillo a una lección de matemáticas de un tipo serio y con gafas…

Pero claro, todo es muy divertido. De poco sirve que los niños sean perfectamente conscientes de que sólo se trata de dibujos animados o que las peleas son falsas. Son demasiado jóvenes para asimilar el verdadero trasfondo sarcástico, crítico o simplemente humorístico de tales guiones, pero no para absorberlos como esponjas y reproducirlos en el momento más insospechado, y sería acaso inútil explicarles que dichos programas son para adultos y que en sus países de origen se emiten en horario nocturno, porque aquí no es el caso y a ellos les gustan.

¿Por qué sucede esto? ¿Nadie se da cuenta? Desde las cadenas de televisión se alude al espíritu de sano entretenimiento y al ya mencionado “sólo son dibujos animados”, y los padres, por su parte, esgrimen el argumento de que no pueden controlar todo lo que ven sus hijos porque están fuera trabajando. Mientras, los niños siguen aprendiendo. Al menos, en “Los Simpson” se dicen “te quiero” de vez en cuando…
¡Hala, ahora a hacer los deberes!
We don't need no education
We dont need no thought control
No dark sarcasm in the classroom
Teachers leave them kids alone
Hey! Teachers! Leave them kids alone!

Another brick in the wall. Pink Floyd.

sábado, 31 de octubre de 2009

Episodio 47: Ríe o muere

Pavorosas tardes,amig@s:
Poco tiempo después del 11-s, tras las miradas de perplejidad, la inundación de imágenes, los duelos y los gritos de venganza, apareció en escena un elemento imprescindible de todo suceso medianamente importante en este mundo: los chistes. Lo mismo ha sucedido con acontecimientos luctuosos de todo tipo, como el fallecimiento de ilustres celebridades, atentados terroristas y chanchullos políticos varios.

Ahora, en plena época de Halloween, el fenómeno de buscar la risa contra la desesperación, la amargura y, sobre todo, el miedo, toma una forma especialmente significativa, porque es probablemente la muerte y lo sobrenatural lo que más desesperación, amargura y, sobre todo, miedo nos provoque a los pobres mortales. Así que el que lo celebra se atavía con sus peores galas, las más siniestras y fúnebres, se ampara en la oscuridad que normalmente repele, y se va de fiesta. Y, claro está, en esa fiesta de lo macabro también se imponen las modas, predominando cada año un disfraz o máscara según lo que haya ocurrido en este mundo que tanto miedo nos da y sobre el que tan valientemente caminamos. El negocio sigue siendo el negocio, niñas y niños. Este año, al margen de gobernantes varios, apuesta segura en toda fiesta de disfraces, se homenajea a Michael Jackson, que también dio miedo a propios y extraños con su más famosa actuación (hablo de Thriller, que conste). Y la estrella en Estados Unidos, que no deja de ser lugar de origen de Halloween, es ni más ni menos que Bernard Madoff, el estafador, que ha provocado pesadillas a muchos estos últimos meses y que se ha ganado por derecho propio un lugar en la galería de los horrores.

Y así, como quien no quiere la cosa, vamos exorcizando cada quien nuestros demonios interiores, a base de enseñar los dientes en forma de mueca a aquello que no podemos comprender y no podemos controlar, lo que viene a ser más o menos el miedo. Desde los hoy muy desterrados, por el qué dirán, chistes de negros y mariquitas a las sátiras políticas de prensa y televisión; desde los ninots valencianos a las chirigotas de Cádiz, nos reímos de lo ajeno, de lo raro, lo frivolizamos, lo quemamos o le damos forma de chuche, y lo acercamos a nuestra vida aunque sólo sea unos minutos para tener la sensación de que en realidad no nos da miedo, de que nuestra existencia depende sólo de nosotros y no tenemos nada que temer en el mundo que nos rodea. Un mundo en el que ya nadie se fía de nadie, los niños ya no juegan en la calle y cada uno, incluyéndonos a nosotros mismos, es un extraño al que miramos de reojo. Mientras nos riamos, estaremos a salvo.

Así que ya sabéis: ¡disfrutad, y no miréis debajo de la cama!
First we run
and then we laugh til we cry...
The New Radicals. You get what you give.

lunes, 26 de octubre de 2009

Episodio 46: Adiós, Joserra

Hola, oyentes y escuchantes:

Descubrí el programa de radio El larguero, que hoy celebra su vigésimo cumpleaños con un especial, hace dieciséis años, atraído por la publicidad televisiva. En ella se ofrecía un programa divertido que comentaba las noticias del mundo del deporte con amenidad y frescura. Y además, contaba con la presencia de Michael Robinson, del que me hice fan primero en sus retransmisiones con TVE del Mundial de Italia y luego en el legendario El día después de Canal+ con Nacho Lewin.

Con él, descubrí a su presentador, Jose Ramón de la Morena, un tipo campechano, orgulloso de no ser madrileño de capital, de su Brunete natal y de su Aleti, y que buscaba en las entrevistas algo más profundo que el "no ha podido ser, el fútbol es así, no hay enemigo pequeño...". Me enganché rápidamente a la naturalidad de Joserra y a la mezcla de sapiencia y cachondeo mental de sus colaboradores a lo largo de los años: Robin, Santiago Segurola, Damián González, Javier Ares, Alfonso Azuara, Tomás Guasch... y, claro, los que siempre han estado ahí, Manolo Lama, Paco González, Pacojó Delgado, Manolete Esteban, Jesús Gallego y un largo etcétera. Irse a la cama era un placer. Tras aprobar Selectividad me compré su libro Los silencios de El larguero, para celebrarlo, y lo devoré dos o tres veces entre risas y emoción con sus vivencias en el Mundial de Estados Unidos o la muerte de Luis Ocaña.
Ya por entonces arremetía sin tregua contra sus archienemigos José Mª García el butano, Clemente, Villar y Padrón... Con García era particularmente inflexible, ya que comenzó con él y le hizo una buena jugada que aquí no viene al caso, pero que sin duda debió doler hasta lo indecible. García aún era líder de audiencia, creo que en la COPE, y De la Morena arremetía contra sus intentos de quitarle a los personajes principales en los primeros minutos de programa y su forma de descalificar a aquellos que no le rendían pleitesía como periodista número uno de las ondas. Además, a menudo tocaba temas sociales relacionados con el deporte y sacaba a la luz oscuras corruptelas económico-deportivas. Era una especie de superhéroe con un micrófono en vez de mallas.
Y así, con simpatía, equipo y eficacia, se acabó convirtiendo en el rey de la noche radiofónica, cosa que jamás se cansará de agradecer con palabras emocionadas a sus oyentes. Y así también empezaron los problemas. Perfecto no hay nadie, todos tenemos manías y defectos, y todos sabíamos en aquellos momentos que algunas de las frases favoritas de Joserra, como "la objetividad no existe" o "no quiero echaros un fervorín" anunciaban irremediablemente un fervorín subjetivo que te cagas. Vamos, un discurso durante el cual uno podía hacerse una paella y comérsela tranquilamente, sabiendo lo que iba a decir y por qué.
Los años han ido pasando, y El larguero jamás ha vuelto al número dos de los audímetros. Se han ido sucediendo las temporadas y los colaboradores, y parece que nada haya cambiado. Excepto el propio Joserra. Con el éxito parece haberse ido engrandeciendo y cargándose de razón, hasta el punto de que lo que él dice se convierte en ley. No tiene inconveniente en discutirles a sus entrevistados sus propias respuestas, para lo cual no le faltará razón en ocasiones, pero que queda antiestético y francamente incómodo. Ensayó una tregua con Javier Clemente durante una temporada, que cada vez que hablaban se veía que no iba a durar, porque la tensión se podía cortar con cuchillo.
Y eso es lo peor. La incomodidad que causan algunas veces sus entrevistas y/o discursos, que ya no parecen impregnados de sinceridad humana, sino de inquina contra los mismos de siempre y otros nuevos. Un candidato a las últimas elecciones del Madrid, cuyo nombre ni recuerdo ni tengo tiempo de buscar, pero ahí está, fue linchado periodísticamente el día antes de presentar su renuncia (no digo que haya relación entre ambos hechos, que quede claro). Jose Ramón de la Morena ha acabado cayendo en lo que reprochaba a García, empeñándose, por ejemplo en denominar a Soler, antiguo dueño del Valencia F.C., como el gordito del bigote; discutiendo en directo en plena Eurocopa con su compañero Alcalá porque éste se empeñaba en defender a Luis Aragonés, al que De la Morena ya no puede ni ver, pero sigue jurando que le tiene cariño (como a Abel Resino, ex-entrenador del Atleti, a pesar de sus impenitentes críticas contra él); provocando que López Caro, ex-entrenador del Madrid, se mosquease con él por su insistencia en saber si rezaba antes de dormir. Y etc, porque el juicio sumarísimo de anoche a Jesús García Pitarch, ejecutado a cuatro manos con Alfredo Relaño, director del As (otro que tal baila), dio mucha vergüenza ajena y mucha pena, y yo no escucho la radio para eso.
Una lástima. Ahora es más relajado oír el programa los fines de semana, cuando Joseba Larrañaga se hace cargo y recuerda a aquellos programas de los 90. Así que he decidido, como medida cautelar, dejar de escuchar El larguero, con todo el dolor de mi corazón. Al menos durante un tiempo, a ver si se calman las aguas. Esta noche escucharé el especial y me despediré de Joserra, pero no de los demás, ya que no pienso dejar de esclavizarme al Carrusel deportivo de los sábados, donde las noticias deportivas aún son diferentes y donde no parece haber lugar para el rencor y la mala leche. A partir de mañana, por las noches escucharé Radioestadio, aconsejado por un amigo.
Me cambio de bando. Me cruzo de acera. Adiós, Joserra.

Ah! como hemos cambiado,
qué lejos ha quedado
aquella amistad.
Ah! ¿qué nos ha pasado?
cómo hemos olvidado
aquella amistad.

Cómo hemos cambiado. Presuntos implicados.

jueves, 15 de octubre de 2009

Episodio 45: Metrópolis

Hola, habitantes:

Mi reciente y enésima visita a Madrid y el inminente estreno de la película New York, I love you me han hecho desperezar las ganas de actualizar este noticiario y recuperar la idea de hace tiempo de escribir algo sobre las ciudades grandes. O mejor, sobre las grandes ciudades. Creo que vivir en una ciudad pequeña tiene estas cosas. A veces a uno le apetece salir pero no sabe a dónde ir, porque ya se la conoce de pe a pa y porque todo el mundo va a los mismos lugares. Así que a veces uno se aburre, la verdad, y las típicas contraprestaciones que se supone ofrece un lugar recogido, a saber, está todo a mano, hay mucha tranquilidad, el trato es familiar... no son suficientes. Sí, el sitio es tranquilo, pero todo el mundo saca el coche igual que si viviese en una gran urbe, hasta para ir a pasear al perro. Y sí, el trato es familiar, te conoce todo el mundo, allá donde vas hay alguien que te conoce o que conoce a alguien que te conoce, o que conoce a toda tu familia, así que pobre de ti como te pillen en un renuncio.
La gente que vive en ciudades grandes, pongamos que hablo de Madrid, suelen ofrecer la imagen de personas agobiadas a punto de ser fagocitadas por un monstruo de un millón de cabezas y ningún corazón, y en medio del tráfico y de la soledad hacinada les sube la tensión, el colesterol, la mala leche y la factura del alquiler. Mucha gente se muda a las afueras para ir todos los días a trabajar al centro, y cada vez más gente se va directamente al campo y que les den a los edificios y a todos los que los habitan. Conozco gente que se ha deprimido al cambiar su ciudad pequeña por una grande, y conozco de sobra la imagen que desde medios literarios o cinematográficos se da muchas veces de las grandes urbes, ratoneras habitadas por pequeños seres asustados que sólo tienen su propia rutina triste y gris para sobrevivir.
Desde mi ingenua perspectiva urbanita (ingenua porque para mí ciudad es sinónimo de ocio y placer, y no de atascos y marrones varios), no acabo de entender tanta angustia provocada por el ladrillo y el neón. Siendo una persona que para sus vacaciones elige las ciudades en un momento en que el turismo rural alcanza su máximas cotas de apogeo, y que disfruta disuelto en los centros comerciales, en los cines, en los escaparates y en los restaurantes, tengo la impresión de que este es, como casi todos, un problema de costumbres. El destino ha decidido que no me haya tocado vivir en una de estas voraces megalópolis, así que al visitarlas me siento un poco como el ratón de campo que fue a visitar a su primo el ratón de ciudad. Los grandes núcleos urbanos siguen resultándome misteriosos, exóticos y, en resumen, atrayentes.
El caso de la capital del reino es particular, porque la verdad es que me encanta Madrid. Puede que influya que nunca he pasado más de una semana seguida, y que además cuando voy gozo de alojamiento con pensión completa por un precio realmente asequible, pero no deja de admirarme una ciudad tan compleja. Antigua y moderna, monumental y fría, pobre y rica o, cuando menos, burguesa, abierta en el suelo y en el cielo. Es cierto que la eterna luz y el circular de vehículos pueden hacer complicada la tarea de dormir, y que además uno tiene sus rarezas, como que le gusta montar en metro o caminar por calles transitadas. Igual que es cierto que en ningún otro sitio se pueden encontrar lugares como la Plaza de Cibeles, el Retiro o el Palacio Real. Dudo que a muchos de los que echan pestes de Madrid les gustase más vivir en una negra ciudad industrial del norte de Inglaterra o en una de las grandes capitales del mundo, que multiplican por dos, por cinco o por diez todo lo que les estresa y les irrita del Foro.
Algo tendrán las ciudades cuando millones de feligreses las bendicen. Si no, no las cantarían tantos, ni las odiarían tantos, ni harían miles de fotografías y películas por y para ellas. Para mí, algo es la oportunidad de andar acompañado de todos y de nadie, entre personas que vienen y que van pero que no son, como desde lejos puede parecer, seres inanimados que deambulan como zombis, sino historias en carne viva; y la oportunidad de encontrar en cada esquina lo mejor y lo peor, lo más bello junto a lo más sucio, lo cutre y lo distinguido, y, por tanto, de pensar, una vez más, qué somos, y por qué.
Nos vemos en cualquier ciudad.

Sometimes I feel
Like I dont have a partner
Sometimes I feel
Like my only friend
Is the city I live in
The city of angel
Lonely as I am
Together we cry

Red hot chili peppers. Under the bridge.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Episodio 44: Trece preguntas sobre una cosa

Hola, campeon@s:
Al comenzar el Eurobasket de Polonia me encontraba yo en mi período de sequía digital, por lo que no pude contaros mis sensaciones sobre el torneo, que ahora, a toro pasado, no vienen a cuento. Con la medalla de oro recién ganada no me parecía muy oportuno hablar sobre la selección, ya que me habría salido algo bastante pelotillero y forofil. Ahora, diez días después, se me ocurre plantear una serie de interrogantes al respecto para que cada uno saque sus propias conclusiones:
  1. ¿Por qué se planteó antes de empezar la idoneidad de Scariolo como seleccionador por ser extranjero, cuando: a) hay muchos seleccionadores extranjeros en todos los deportes; b) Scariolo ha pasado varios años viviendo aquí y su mujer e hijos son españoles; y c) sea como fuere, es un entrenador experimentado que conoce el juego y a muchos de los jugadores?
  2. ¿Por qué, por qué tamaña caraja en la primera fase? ¿Por lo de Vilna? No creo. ¿Exceso de confianza? No me acaba de encajar, tratándose de quien se trata. ¿Errores del entrenador? Vale, pero eso no explica por qué no entraban los tiros libres ni los triples...
  3. Caso de Pau aparte, ¿por qué tantos problemas físicos? Mumbrú, Rudy, Navarro... ¿Demasiados partidos?
  4. ¿Por qué a los británicos hubo un momento que les entraba absolutamente todo y planeó la imagen de Stephon Marbury en Atenas sobre nuestras cabezas?
  5. ¿Por qué no se ha comentado apenas que la canasta de Lorbek que forzó la prórroga contra Eslovenia venía precedida de pasos? ¿Por no buscar excusas? Una infracción no me parece una excusa.
  6. ¿De quién fue la decisión de lanzarse a hacer un mate a falta de diez segundos contra Turquía contra dos maromos de 2,11?, ¿de Llull o de Scariolo? ¿Por qué no un triple?
  7. ¿Por qué tuvo que matizar sus palabras Marc Gasol? ¿Acaso alguien pensaba que quería machacar a su compañero de selección (y de habitación)? ¿Acaso alguien piensa que no tenía razón, estando Rudy, Navarro y Pau en cancha?
  8. ¿Es lógico un cambio tan radical en los partidos decisivos? Apenas tuvieron tiempo de hacer muchos cambios en los entrenamientos o en las tácticas...
  9. ¿Por qué algunos medios (yo leí cosas en El Mundo que no me gustaron nada) estaban empeñados en que el buen rollo de la selección se había acabado y era la llave de la crisis?
  10. ¿Por qué Claver, titular en muchos partidos de preparación por la ausencia de Mumbrú, y que tan bien jugó, desapareció durante el campeonato?
  11. ¿Por qué a algunos les parece tan extraño que los aficionados temiésemos volvernos antes de tiempo, visto lo visto? ¿Desde cuándo fe ciega y deporte tienen alguna relación?
  12. ¿Por qué, una vez superado el partido de Francia, parecía taaaaaaaaaaan claro que España iba a ganar?

Y la última... Si somos los mejores, bueno, ¿y qué?

!Hasta la próxima canasta!

I've taken my bows
And my curtain calls -
You brought me fame and fortuen and everything that goes with it
I thank you all
But it's been no bed of roses
No pleasure cruise -
I consider it a challenge before the whole human race -
And I ain't gonna lose
We are the champions - my friends
And we'll keep on fighting - till the end -
We are the champions -
We are the champions
No time for losers
'Cause we are the champions - of the world
We are the champions. Queen.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Episodio 43: Esclavos de lo nuestro

Hola a todos los autómatas y cyborgs que circulan por aquí:
Se dice que nueve meses después del gran apagón de Nueva York en 1965 hubo un Baby boom, de tanta gente que al quedarse a oscuras no tuvo otra cosa mejor que hacer... Será una leyenda urbana, pero es bastante verosímil.
Recientemente he estado dos semanas, día más, día menos, a pan y agua, es decir, sin internet. O con el racionamiento de una hora diaria que te ponen en la Biblioteca pública y algún dispendio, muy moderado, en los cibers cercanos. Lo justo para mirar el correo, twittear algo y echar un vistazo a las noticias del mundo mundial. Y me he aburrido. Como una ostra, oiga. Eso dice muy poco a mi favor, por el tema de la creatividad y demás, pero las alternativas que tengo actualmenet a la red son más bien escasas. Ya que no puedo organizar mi propio Baby boom y la tele es más bien regularcilla (¡qué elegancia la mía!), queda leer, sana costumbre, y poco más, porque tampoco se puede tirar uno todo el día en la calle, que la gente tiene que trabajar y además empieza a hacer fresco. Lo de leer está bien para un rato, porque lo cierto es que uno nunca ha sido un devorador de libros. Prefiero las dosis pequeñas, relatos, tebeos, prensa, revistas y demás, que los libros largos, esos que la gente dice no poder dejar hasta que se acaba. Con deciros que ni siquiera me he leído El código Da Vinci ni La sombra del viento... Sí, soy yo, no se lo digáis a nadie.
Una de las cosas que me da por hacer cuando me aburro, cosa a la que por otra parte tengo cierta tendencia, es pensar. Y aunque en mi caso suele ser bastante contraproducente, porque atrae a los fantasmas, a veces produzco algún pensamiento claro. Obvio, pero claro. Y en este caso, la bombilla que el mono de ADSL me ha encendido ha sido lo fácilmente que nos acostumbramos los seres humanos a las cosas buenas que creamos, que son bastantes, aunque menos de las que nos creemos. En cuanto inventamos algo útil, pasamos automáticamente a depender de ello. Tan pronto como le dimos un uso práctico a la electricidad, ésta pasó a dominarnos de tal forma que lo único que se nos ocurrió ante su falta fue liarnos a f... procrear. Si el apagón llega a durar más tiempo, a los neoyorquinos no les habría quedado más remedio que dejar la actividad física, aunque sólo fuese por puro agotamiento, y comenzar a hablar entre ellos, con Dios sabe qué consecuencias. Tal vez incluso cambios sociales, volver a comunicarnos los unos con los otros como antes de que existiesen la televisión y las megalópolis... Da escalofríos sólo pensarlo.
Ahora me resulta raro pensar en cuando no tenía acceso a internet, hace apenas diez años. ¿Qué haría? ¿Es cierto que era capaz de echarme en mi cama a escuchar música sin hacer nada más al mismo tiempo? Y yendo un poco más allá: ¿qué haría la gente todo el día antes de existir la tele? ¿Y la radio? ¿Y el alumbrado? ¿De qué serían esclavos los habitantes de este planeta hace poco más de un siglo? A lo mejor, además de beber, fumar y, como no, leer, se dedicaban a lo mismo que los neoyorquinos antes de que la luz volviese... Eh, un momento, ¿y antes de la invención de la imprenta, cuando no podían (o no sabían) leer? Inquietante. Se dedicarían a pelearse entre ellos, seguramente. O a pintar monas. O a pensar, como yo cuando me aburro. Incluso puede que alguno se dedicase a hacer prosperar a la Humanidad.
En fin, afortunadamente, la luz en Nueva York volvió, igual que ha vuelto mi adorada red, que me permite aislarme en mi habitación y poder hablar con los demás a través de una pantalla en lugar de mirándoles directamente a la cara... No sé, creo que me voy a ir un rato a la calle, a dar una vuelta. Haced vosotr@s lo mismo, veréis qué divertido. A lo mejor os encontráis a alguien con quien charlar. Ah, y quien encuentre los diez sarcasmos, se lleva un router de premio.

Credit cards in place of distress
Go live your life on the Internet
That's what this is
Conspiracies and mysteries
Science-fiction make-believe
My kind's misery.
Standfast. Car crashes.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Episodio 42: El sol del norte

Hola, compañer@s:
He estado un par de semanas pensando desde qué prisma contar mi viaje veraniego por tierras cántabras, y creo que por fin he encontrado el aspecto más destacado. Siendo bastante experto, por ineficiencia social y otras coyunturas, en el proceloso arte de viajar solito, esta vez he tenido la fortuna de tener casi todo el rato una mano amiga que, además de llevarme a aquellos lugares a los que no habría podido llegar a pata, me ha ayudado a profundizar en lo que significa viajar: no solamente ver, fotografiar y degustar, sino también conocer las historias subyacentes y los entresijos de los lugares que se visitan.

La soledad, buscada o no, se convierte en una costumbre, como tantas otras cosas, y cuando se interrumpe por otras presencias, no es siempre fácil adaptarse. La compañía es agradable, pero la falta de hábito la puede convertir en fatigosa si acompañado y acompañante no saben manejarse. Afortunadamente, en este caso, eso no sucedió, y la estancia se hizo corta, que supongo que es lo mejor que se puede decir de cualquier viaje.

Pero vamos al tema: Cantabria es verde, y sus paisajes bellísimos, no descubro nada nuevo, y también es un lugar que destila tranquilidad. No es bullicioso, ni ruidoso ni está perpetuamente iluminado por los neones. Ni siquera, doy fe, la lluvia es perpetua. Durante mis días allí disfruté de un sol que me impidió participar del velo melancólico y brumoso que, dicen, tienen los lugares cercanos a la costa cuando llueve. El sol me dio la bienvenida y la lluvia únicamente me despidió de camino al aeropuerto de regreso a casa.

Lo que sí parece constante es la brisa. Supongo que en el interior, más lejos del Cantábrico, el ambiente será distinto, pero en el litoral, la brisa le da un carácter especial al sol. El sol del norte es como las buenas compañías: alumbra, pero no asfixia; calienta, pero no achicharra; no molesta al caminar, sino que incita a seguir. Y ese es un aliciente con el que uno no siempre cuenta al iniciar el camino hacia un lugar no conocido, y que, por esa misma razón, se agradece.

Y, tal y como os prometí antes de irme, os dejo aquí una foto que resume un poco la odisea por el infinito cántabro: el sol, la brisa, la soledad, la compañía, y el mar.

viernes, 28 de agosto de 2009

Episodio 41: Peor se pasa en la mina

Hola a quien corresponda:
No sé si he mencionado alguna vez a lo largo de esta serie que cada vez que tomo una decisión, la cago. Pues después de la última, que podría ser una oportunidad de cambiar mi vida y blablablabla, ya me estoy arrepintiendo. Soy una especie de rainman, llevo fatal los cambios bruscos. El lunes se cena tortitas y el caramelo tiene que estar encima de la mesa. Ahora estoy angustiado de nuevo porque todo el mundo me pregunta qué voy a hacer y yo no sé que contestarles para no quedar como un idiota. Me gustaría ser uno de esos adolescentes descerebrados que le gritan a todo el mundo que les dejen en paz y se encierran en su habitación a escuchar a Nirvana a toda castaña. Pero no me gusta Nirvana. En la televisión no dejan de decir lo mal que está todo y lo jodidos que estamos. Un momento cojonudo para pretender cambiar de vida. Y en el fondo, lo que más me disgusta es sentirme (una vez más) como una drama queen que se queja sin motivo, un idiota débil y llorica. Me siento como si hubiera hecho algo malo, como si me hubieran pillao con droga. Y francamente, no me apetece que nadie me sermonee diciéndome otra vez lo afortunado que soy por tal y por cual y lo mal que lo pasa la gente en el mundo. Eso ya lo sé. Y creedme, los problemas de los demás no solucionan los míos, ni me levantan el ánimo lo más mínimo. Me estoy repitiendo. Mejor será que lo deje por hoy. Perdón por el párrafo. No sabía por dónde cortar, ni me apetecía pensarlo.

Soy minero, y templé mi corazón con pico y barrena
soy minero, y con caña, vino y ron me quito las penas
soy barrenero porque a mi nada me espanta
y solo quiero el sonido de una taranta...
Soy minero. Antonio Molina.

viernes, 21 de agosto de 2009

Episodio 40: ¡Qué calor!

Felices y calurosas tardes:
¿Hace calor, eh? La mayoría de las provincias españolas están atravesando una de esas bonitas olas de calor que nos visitan casi todos los años por estas fechas, y cada quién se refugia o se refresca como puede. Y es que estamos en agosto, amig@s, y sudar es lo que toca. Asándose vuelta y vuelta en las playitas, bailoteando por las noches en la disco de turno, soportando el traje y la corbata a deshoras, o como a cada uno se le ocurra hacerlo. El caso es que muy pocos se libran.

Parece que fue ayer cuando aún nos quejábamos de que hacía frío para la época del año en que estábamos, que si el invierno estaba siendo muy duro (¿os acordáis de las nevadas de Madrid?), que si parecía que la primavera no iba a llegar, que si ya estábamos en junio y aún no hacía calorcito. Y a finales de dicho mes, ya había gente que estaba deseando que se liase a llover y no hiciese tanto calor... Comenzaba a rumorearse que el verano iba a ser igual que el invierno, "durillo", y que nos íbamos a secar al sol como las pasas.

Y es que no estamos contentos con nada, queridos conciudadan@s. Queremos frío en julio y calor en febrero. Vacaciones en noviembre y volver de una vez al curro a finales de agosto, que menudo aburrimiento ya. Lo queremos todo y lo queremos ya. Y sin embargo, siempre, o casi siempre, para ser justos, nos acabamos aguantando con lo que tenemos. Nos tememos la que se nos viene encima, pero vamos andando despacito hacia el chaparrón como corderos hacia el matadero. Parece que el ser humano, con el tiempo, va perdiendo la capacidad de encontrar soluciones a los pequeños dolores de cabeza de cada día, acostumbrándose a ellos en lugar de hacer algo inesperado o insospechado. Preferimos muerte a susto, y nos quejamos, pero al final nos toca aguantarnos. Y lo hacemos, como dije antes, prácticamente todos y prácticamente siempre, lo que debe ser señal de cierta pachorra inherente a nuestra naturaleza.

Yo soy el primero que tiende a acomodarse a aquellas cosas que, con un cierto esfuerzo, serían susceptibles de, por lo menos, cierta modificación, pero me da rabia ser así, y al menos aquí tengo espacio para decirlo. También es cierto que uno de los principales motivos para aguantar carros y carretas es que, hasta en nuestras costumbres más rutinarias y cotidianas, solemos arrastrar a alguien, y liarse la manta a la cabeza suele conllevar que, o bien la manta no es tuya, o bien sientes la necesidad de compartirla con alguien que se quedará sin ella si te la llevas o la conviertes en un felpudo. Pero aún así, pienso que (atención a la frase, porque es mía totalmente, no la he copiado para nada) un pequeño paso para un hombre puede ser un gran paso para la humanidad. Ahí queda eso.

Por eso, amigos, sí hace calor, hagamos algo al respecto. ¿Qué tal montarnos un pisito dentro de la nevera? ¿Venderán toldos para sujetarse en la cabeza? ¿Y si nos rellenamos la faja de bolsas de hielo? O también podemos irnos a pasar unos días donde haga más fresquito, solución menos imaginativa pero casi igual de efectiva. Y que además, me da pie para emplazaros al próximo episodio de este noticiario. Qué casualidad, ¿no?
¡Tened cuidado con la deshidratación!

Whether the weather be cold
Or whether the weather be hot
We'll weather the weather
Whatever the weather
Whether we like it or not.
Rima tradicional inglesa.

martes, 11 de agosto de 2009

Episodio 39: La muerte de vacaciones

Hola, simples mortales:
Llevamos un verano más que aciago en cuanto a fallecimientos de personas ilustres. Dicen que no hay dos sin tres, pero esto está comenzando a resultar absurdo. Cuando murieron Michael Jackson y Farrah Fawcett no nos imaginábamos que la lista iba a continuar con tantas personas más o menos conocidas por el público, desde Julián Lago a John Hughes pasando por Willy Deville y Dani Jarque. Hoy mismo ha muerto el empresario televisivo Valerio Lazarov. Parece que la Muerte, ramera de rostro enjuto, no nos va a dejar disfrutar de las vacaciones.

Sé perfectamente que cada día mueren en el mundo muchas, demasiadas personas, en sus casas, en los hospitales, en puestos de combate o tiradas en la calle, pero es esta una consciencia sorda, que uno tiende a arrinconar en la última curva de su cerebro. Sin embargo, el hecho de que la muerte visite a personas famosas, y muchas veces de manera prematura, nos coloca, al menos a mí, en una posición mucho más frontal con ese futuro que a todos nos espera y que todos sabemos pero que, una vez más, tendemos a arrinconar prudentemente durante nuestra vida. Puro instinto de supervivencia.

El ser humano parece haberse acostumbrado a vivir rodeado de destrucción, miseria y muerte como una parte más del espectáculo que la naturaleza nos ofrece, costumbre propiciada por esa gran cualidad y al mismo tiempo tragedia inherente a nuestro carácter humano: la adaptación a todo aquello que nos toca pasar. De esa adaptación merecerá la pena hablar en otro momento, porque, a día de hoy, la verdad es que el protagonismo en las noticias lo ocupa día sí, día también, la Muerte (sí, ramera de rostro enjuto...). Por si fueran pocas las defunciones "célebres", tenemos que sumar las ya también usuales noticias de aquellos que salieron a la carretera y no volvieron; las víctimas de la violencia de género, que se han convertido en parte del paisaje funesto de nuestra sociedad; el acecho de la gripe A, que al principio tenía aspecto gallináceo y ahora lo tiene de buitre carroñero; y, como guinda, unos gilipollas encapuchados que se creen salvadores del pueblo oprimido (sic) y se dedican a cometer asesinatos en serie a la altura de cualquier psicópata de mierda de película barata.

Me voy. Me piro. Me largo de vacaciones unos días bien lejos de las noticias, de la televisión, e incluso de internet, aunque seguro que acabo picoteando. Tal vez la Muerte, ramera de rostro enjuto, no me siga. Por eso no os diré mi destino. Os lo contaré cuando vuelva, y os traeré una foto con el mar de fondo, mar al que pienso tirar esta peste a muerte que se me ha pegado a la piel.

Hasta entonces, seguid viv@s.
Always look on the bright side of life.
For life is quite absurd
And death's the final word
You must always face the curtain with a bow.
Forget about your sin
Give the audience a grin
Enjoy it, it's your last chance anyhow.
Always look on the bright side of death.
Just before you draw your terminal breath.
Always look on the bright side of life. Monty Python (BSO La vida de Brian).

jueves, 6 de agosto de 2009

Episodio 38: Amarillo por fuera y negro por dentro, ¿qué es?

¡Qué pasa, pringa@s!
Los Simpson. Estaba fácil, ¿no? Hoy en el diario El mundo aparecía la noticia: Antena 3 reemite la serie desde el primer episodio por vigesimotercera vez. Igual es una errata y es decimotercera, pero no está nada mal, de todas formas. Es un buen pretexto para dedicar un episodio a la familia de Springfield, estado de... Estados Unidos.

¿Qué tiene la serie que, a pesar de las insistentes repeticiones, sigue figurando día tras día entre los programas más vistos del día anterior? ¿Que es la mejor serie de media hora de la historia de la televisión, tal vez? Sí, es una opinión un pelín sesgada, pero es la única que tengo. Que, gracias al maravillosamente inapropiado horario en que se emite, los niños la adoren también debe de influir, digo yo. Porque si algo es Los Simpson, gusten o no, es una serie para adultos. Para adultos que conservan a su niño interior, desde luego, o para adultos idiotas, si queréis, pero adultos al fin y al cabo. A los niños les hace gracia la transgresión de Bart, que siempre se salga con la suya y que los adultos, en especial su padre, queden generalmente como tonticos. Pero dudo que capten la sutil ironía con la que despedaza la sociedad norteamericana en particular y la occidental en general. Claro, que muchos políticos, yanquis y no yanquis, tampoco. El carácter de los personajes y sus peripecias por países como Brasil o Japón, donde no dejaron títere con cabeza, han provocado alguna que otra polémica sin importancia... (cof, cof).

La serie, como otras muchas cosas buenas de este mundo, nació casi por casualidad. Necesitaban unos sketches animados para el Show de Tracy Ullman, allá en los lejanos 80, y Matt Groening, creador de la tira Life in Hell (vida en el infierno, al tipo ya le iba la marcha en aquella época) se apresuró a dibujar unos monigotes en un papel de color amarillo a los que dio el nombre de los miembros de su familia. Y de ahí a una serie propia de 21 temporadas y contando, una peli , titulares de todos los colores y nosecuántos premios ganados. Ah, y unos cuantos dolarillos sin importancia por las ventas de todo tipo de productos que los fans se apresuran a adquirir. Yo sólo tengo los dvd's, que quede claro. Bueno, y un poster gigante. Y un par de muñequitos del Kinder Sorpresa. Y unos imanes para la nevera. Y tengo que dejar de ser tan sincero en el blog, tengo que dejar de ser tan sincero en el blog, tengo que dejar de ser tan sincero en el blog, tengo que dejar de ser tan sincero en el blog...

Está claro que, tantos años después, ya no es la misma serie. Se ha amoldado a unas maneras ya conocidas por la audiencia, e incluso los dibujos se han estilizado y son más "guapos". En las últimas temporadas hay algún capítulo con cierto tufillo a relleno, pero los fans siempre esperamos con entusiasmo el capítulo de Halloween y el imperdonable capítulo de parodia de alguna serie o película famosa, ya tradicionales desde que comenzamos a ver las primeras temporadas en La 2 y en horario de noche. Ha pasado mucho tiempo desde que Bart fuese el protagonista de esos primeros capítulos, y ahora es Homer el que lleva el peso, y no es un chiste, de la mayoría de los capítulos. Y se ha convertido en mi ídolo, y en el de mucha gente. ¿Cómo alguien capaz de hacer la mayor cantidad de borriquerías por minuto aún no ha muerto o ha sido sentenciado a cadena perpetua? En primer lugar, porque es un dibujo animado, hombre, por favor... Pero sobre todo, porque en el fondo, en Los Simpson reinan los buenos sentimientos, y el amor que Marge y sus hijos le profesan y se profesan entre sí, mal que les pese, siempre les acaba salvando el pellejo. Puede parecer una postura conservadora, pero no olvidemos que hablamos de una comedia, y dudo mucho que hubiese llegado tan lejos sin esa cierta dosis de azúcar en la limonada.
Como dice Nelson: ¡Hasta que nos olamos!

viernes, 31 de julio de 2009

Episodio 37: Grandes esperanzas

Hola, habitantes de lo incierto:
Estoy deseando ir al cine a ver Up. La primera vez que leí el argumento, hace ya tiempo, no me llamó mucho la atención, la verdad. Un cuento sobre el sueño americano simbolizado en un vejete y un muchacho rollizo. Pero durante el tiempo que ha pasado desde entonces, no he hecho más que oír buenas palabras. Los que ya la han visto dicen que es aún mejor que Wall.E, y los trailers (que intento evitar a toda cosa, misión imposible), pintan bien. Así que iré a verla con una enorme expectación.

Expectación, expectativas, esperanzas. Otra de las grandes trampas que nos tiende esta vida. El título de este episodio es el de una novela de Dickens, titulado en el original Great expectations. Es decir, grandes expectativas. No me parece raro que ambas palabras, esperanzas y expectativas se confundan o se asimilen. Viene a ser lo mismo. Nos creamos una ilusión y en ello nos va algo más que la vida: el estado de ánimo con el que la afrontamos. Aunque en mi caso, y en esta ocasión, no se trata de nada importante, así que ni ha habido ni habrá daños.

Más que por la película de Pixar, escribo esto por otra cosa: la lectura, pensada desde hace tiempo del famoso libro El guardián entre el centeno, de J. D. Salinger. Lo acabo de terminar y no entiendo muy bien tanta importancia. Está claro que tenía demasiadas expectativas puestas en él. No sé si será demasiado juvenil o demasiado norteamericano para mi mentalidad, pero el caso es que ha atravesado sin casi rozarme. De hecho, lo he leído muy deprisa para mi costumbre, en menos de una semana, porque estaba ansioso de ver si, al fin, en la siguiente página pasaba algo importante... Bueno, leedlo y ya me contaréis, no pienso destriparlo. El caso es que a Holden Caulfield sí le pasan cosas importantes, pero ninguna de ellas parece tener lugar durante el trozo de su vida que nos cuenta, lo cual en primer lugar crea y después destruye expectativas. Un chasco, vamos.

Algo parecido me ha pasado otras veces, desde películas, como Encuentros en la tercera fase, que me pillaron a desmano, por ejemplo, a episodios de mi vida en los que fui a por lana y salí trasquilado. Y sin embargo, no parece que ni yo ni el resto de la humanidad tengamos intención de detener nuestras esperanzas-expectativas, porque supongo que es a base de ellas, sus alegrías y frustaciones como avanza el mundo. Así somos y así nos va.

Hasta la próxima, amig@s. Un saludo a aquellos que día tras día mantienen viva la ilusión, la esperanza y las expectativas.
Our hopes and expectations
Black holes and revelations
Our hopes and expectations
Black holes and revelations.
Starlight. Muse.

miércoles, 29 de julio de 2009

Episodio 36: ¡Extra, extra! ¡Últimas noticias!

Hola, fieles seguidores:
Dos cositas: por un lado, y como continuación, que no fin, al episodio 34, La olla exprés, en el que nuestro héroe (o sea, yo) estaba muy agobiado por la presión de tener que tomar una decisión apremiante, tengo que decir que ya está. La decisión está tomada, y se supone que puede constituir un giro de 180 grados en mi vida. Eso habrá que verlo más despacio. De momento, respiro. Si ahora mismo tuviese una bola de cristal en la que pudiese ver mi futuro de aquí a, digamos, cinco o diez años, no sé si querría verlo, la verdad. Pero espero que a corto plazo las aguas en las que nado sean más o menos tranquilas.

En otro orden de cosas, como dicen los presentadores de informativos, he seguido el mandato del gran Oscar Wilde: Lo mejor para vencer la tentación es caer en ella. Así que me he abierto una cuenta en Twitter. Llevaba tiempecillo pensándolo y resistiéndome, pero como tecnomaníaco, cada novedad que aparece en el mundo cibernético tengo que probarla. A partir de ahora me encontraréis también en www.twitter.com/tunomeconoces. Podréis seguir mis aventuras y, lo más importante, no aburriros con mis desvaríos, por la brevedad del formato. ¿A que es una buena noticia? Pues ya sabéis.

De momento, nada más. Volveré cuando menos lo esperéis.
So little time,
Try to understand that I'm
Trying to make a move just to stay in the game,
I try to stay awake and remember my name
But everybody's changing
And I don't feel the same.
Everybody's changing. Keane.

viernes, 24 de julio de 2009

Episodio 35: Marraneando

Hola, estimada audiencia:
Dos notas personales para empezar:
1) Mi vocación de toda la vida ha sido el periodismo. Durante un breve periodo quise ser panadero, como Chema, el de Barrio Sésamo (las risas se oyen desde aquí, querid@s lectores), y después, un poco más seriamente, abogado, porque mi hermana mayor empezó a estudiar Derecho y me metió la idea en la cabeza. Pero siempre me ha gustado de una manera misteriosa el trabajo de los medios de comunicación, eso de escribir, contar cosas, tener a la gente pendiente... Igual tiene algo de narcisista, quién sabe. De todas formas, acabé siendo algo que no tenía nada que ver con nada de lo anterior, como está mandao...
2) Me revientan los prepotentes. No puedo con la gente que piensa que sus pedos no huelen y se dedican a mirar por encima del hombro de cualquiera que se les acerque, especialmente si usan esa virtud para arremeter contra los demás. Igual aparece alguien que me acusa de tal, así que no añadiré más al respecto.

Esto viene a colación de algo que he notado desde hace un tiempo. Hay ciertos periodistas o ciertos medios que se creen los reyes del mambo. Probablemente no será algo nuevo, pero yo no me había dado cuenta antes, y, francamente, me resulta molesto. Pase que algunos telediarios e conviertan en espacios de publicidad gratuita para los programas de la propia cadena, pero es que además, aparentemente, sus responsables piensan, y seguro que creen que nos hacen un favor, que queremos ver mientras comemos los cadáveres sangrantes del último atentado de Oriente Medio o a la familia de una niña asesinada desgarrarse de dolor en primer plano. Esa se ha convertido en la noticia. Han matado a tal y su familia está al borde del colapso. Y nosotros se lo hemos contado primero. Esta noche se lo volveremos a contar y además colgaremos las imágenes en la web. Esa es la noticia y no otra. Cojonudo, oiga.

Casos concretos de cómo convertir lo que no es noticia en lo que sí. De menor a mayor. Empecemos por una banalidad: el pasado verano, durante la Eurocopa que ganó España, a Luis Aragonés se le ocurrió la ingenua idea de preparar un entrenamiento a puerta cerrada antes de un partido. Craso error. Austria tiene muchas montañas, y allá que fueron los avezados cronistas a subirse a un cerro para ofrecer las mejores imágenes del entrenamiento secreto. El titular "España entrena a puerta cerrada antes del partido" se transformó en "Le hemos jodido el plan al seleccionador". Enhorabuena.

Más reciente. A principios de este mes, un toro mató a un corredor en los encierros de San Fermín. No faltó una cadena de televisión, preocupada por la necesidad de conocimiento de su audiencia, que anunció que tenía las imágenes de la cogida en su página web a cámara lenta, que la ciencia avanza que es una barbaridad. Y yo que me lo quería perder.

Última. Hoy. Periódico de tirada nacional. Portada. Hace aproximadamente un año, un bebé murió en similares circunstancias a las de Rayan y en el mismo hospital. Cómo podríamos haber seguido viviendo sin saberlo. Especialmente los pacientes que estén ingresados o tengan a sus hijos en dicho hospital... Para completar la información, uno de esos amenos programas vespertinos que presentan noticias y personajes edificantes se ha apresurado a profundizar en el notición antes que nadie. Y lo que te rondaré, morena. Eso sí, ante todo el derecho a la información. Sólo estamos hablando de bebés muertos, de familias destrozadas, de puestos de trabajo... Nada importante.

¡Ah, pero es que al público le gustan esas cosas, es lo que piden, por eso tienen tanto éxito!...

Mentira. La gente, el público, se come lo que le echan. La mayoría no cuestiona la calidad o la ética de los contenidos. Bastante tienen con lo que tienen. No creo que se me pueda tachar de remilgado o finolis en cuestión de gustos, pero me parece que todo tiene un límite y deberían ser los propios profesionales los que lo pusieran. Así las cosas, mientras se sigue marraneando con la vida y la muerte de Michael Jackson, con los problemas entre Alberto Contador y Lance Armstrong y con la vida privada-pública de toda una colección de engendros sacados de un cuadro de El Bosco, yo me seguiré preguntando intrigado por qué en todas las cadenas ponen las mejores películas tan tarde...
Un deportivo saludo.

I am the news and I'm in your face
And I'll take my profit from your faith
I am the the face beneath the face
The catalyst of explosions.
I am the crop bearing crippled genes
I am an inside connection
A constant friend on a changing screen
Your history and direction.
I am the news. Ocean colour scene.

domingo, 12 de julio de 2009

Episodio 34: La olla exprés

Buenas tardes, espíritus errantes:
¿Sabéis una cosa? Si hay algo que odio en este mundo es llorar. Me hace sentirme débil. Y para alguien que, ya de entrada, no puede presumir de su enorme fortaleza interior, eso no es bueno. Pues hace unos minutos he estado a punto de ponerme a llorar, aunque he logrado contenerme. Puede que haber visto El motorista fantasma haya influido, pero desde luego no ha sido el motivo principal. En serio, alejaos de esa película, es ponzoñosa.

Estoy angustiado, querid@s amig@s. Tengo que tomar una decisión importante y eso me angustia. Es cierto que tiendo a ahogarme en un vaso de agua, pero mi historial de decisiones vitales no es nada halagüeño. De pequeño me gustaban esos libritos rojos de la colección Elige tu propia aventura, pero de manera indefectible, siempre acababa en la boca del lobo. En mi vida "adulta" no me ha ido mejor. La gente es muy rápida a la hora de aconsejar a los demás sobre qué deben hacer con su vida, pero en realidad, al final es uno el que tiene que acertar o equivocarse. Y las equivocaciones se pagan.

Hace poco le comenté a alguien que en determinados momentos me siento como si mi cabeza fuese una olla exprés cuya válvula se abre para dejar salir un montón de vapor a presión. Me mandó derecho a un psicólogo. Francamente, no me apetece pagarle a alguien para que escuche mis problemas. Tendría que contarle demasiadas cosas que no quiero contarle a nadie. Ya os dije que lo de hablar no es lo mío. Y tampoco me apetece que me diga que mis problemas son culpa mía y que tengo que soportarlos. Ya los soporto. El caso es que la olla se está volviendo a llenar de vapor, y eso no le va nada bien a mi tensión, ni a mi ya de por sí agrio sentido del humor. Pero ni mi agrio sentido del humor, ni mi tensión, ni ir o no a un psicólogo ni mi falta de comunicación con el mundo exterior me eximen de tener que tomar una decisión de forma inminente, y eso se resume en que estoy jodido.

De momento, ya he soltado algo de vapor. Ya os contaré.

What kind of circus is this?
What kind of fools are we?
When is the final curtain?
What can I do to set me free?

Welcome to the real world
You better be strong
Never know which way to go
It might end up wrong
So you better be strong.
Circus. Lenny Kravitz.

viernes, 10 de julio de 2009

Episodio 33: Cerramos en julio

Hola, estimad@s veraneantes:
Desde que el Barça ganase la Liga hasta que el día 31 de julio, la Selección se concentre para preparar el Eurobasket de Polonia, los aficionados al baloncesto estamos a pan y agua. Sin embargo, últimamente el deporte de la canasta está adquiriendo algunas maneras de su primo, el Rey Fútbol, y, durante el tiempo de "sequía", comienzan los rumores y los dimes y diretes acerca de quién jugará dónde la próxima temporada, lo que sin duda hace más entretenida la espera. Al menos mientras las cifras no sean tan nauseabundamente mareantes como en el balonpié y los directivos mantengan la boca cerradita absteniéndose de decir chorradas extradeportivas. Entonces habrá que aficionarse al esgrima o al curling.

Sobre la lista de Scariolo para el Campeonato continental poco hay que decir, porque lo que podría decir sobre la ausencia de Fran Vázquez "por motivos personales" me lo voy a callar. Él sabrá. Estoy francamente interesado en ver a Claver, después de su lesión esta temporada y de no acabar de explotar como prometía. A ver si los cambios en el Valencia Basket le animan. Y también me interesa conocer al "invitado" Guillem Rubio, al que durante la temporada casi no he podido ver jugar. Por lo demás, confío en Scariolo, y el plantel es prácticamente el mismo que nos ha hecho disfrutar estos últimos veranos, así que todo irá bien. Por cierto, Holden, el que nos hizo la vida imposible en Madrid hace un par de años, no jugará con Rusia, y Kirilenko se lo piensa.

Otro tema que se promete entretenido es el de Ricky Rubio. Al final, bajó al número 5 en el draft, elegido por Minnessota (o como se escriba, paso de mirarlo). Demasiado frío hace allí para él. El gran baile de jugadores en la NBA va a ser la temporada que viene, cuando muchas estrellas acaban contrato con sus equipos, pero este año, al menos estaremos atentos de si ocurre algo con el muy probablemente ex-base de la Penya.

Y siguiendo con la liga americana, Sergio Rodríguez por fin se va de Portland. Aleluya. Su destino, Sacramento, un equipo desguazado al que le queda la esperanza de no poder tocar más fondo. Su competencia, el esloveno Beno Udrih. Sergio es mejor que Udrih, pero también es mejor que Steve Blake y eso no le sirvió de mucho en Oregon... En los demás equipos, Shaq se va a los Cavs, que quieren, este año sí, morder fuerte en los play-offs. Kobe se queda en los Lakers y el macarrilla de Ron Artest va a hacerle compañía a costa de perder a Trevor Ariza. Veremos. Ben Gordon a Detroit por Hamilton; Turkoglu a Toronto: finalmente no le moverá la silla a Rudy, que ya empezaba a mosquearse un pelín; Bibby se queda en Atlanta (go, Hawks!) ; Jason Kidd renueva y a Shawn Marion se lo rifará media liga. Seguiremos informando.

El panorama nacional también está movidito. Amén de la historia de cada verano por los cupos de seleccionables, que empieza a ser una tradición estival como las fiestas de los pueblos y el posado de la Obregón, los equipos grandes se intercambian cromos. El TAU sufre estampida de media plantilla, y no creo que Dusko Ivanovic tenga nada que ver... El Madrid se empeña en revolucionar el equipo igual que el de fútbol, a base de fichar extranjeros. Raúl López y Mumbrú ya están fuera. Maceiras y Florentino quieren a Ricky, a Priggioni, a Garbajosa y a quien se ponga a tiro. El Barça ya tiene a Pete Mickeal y va a por Ndong. Trías, por lo que más quieras, vete... A Pau Ribas le quiere todo el mundo y no me extraña. Y una de las sorpresas más agradables de la pasada temporada, Kris Valters, se va a Badalona, que se resigna a perder a sus dos hombres bajos.

Y mención aparte merece el Khimki, el equipo ruso de Scariolo, que se tendrá que enfrentar en la Euroliga al Madrid y que, con Raúl, Cabezas (que no tiene ningún problema con Aíto, por favor, qué ocurrencias) y Garbajosa, cumple mejor los mencionados cupos que algunos equipos de la ACB. Al menos que el TAU y el Gran Canaria seguro.

Supongo que si no os va el basket dejasteis de leer hace rato, pero a los que hayáis aguantado, gracias por vuestra paciencia, y a seguir disfrutando del verano y de la locura veraniega de los fichajes.

¡Uh, vaya lío! Los amigos de mis amigas son mis amigos...
Objetivo Birmania. Inolvidable canción del verano, como el futuro de Ricky...

sábado, 4 de julio de 2009

Episodio 16x2: Ni Pablo ni Paul

Hola, seres gigantescos:
Ya sé que anuncié que la segunda temporada de este boletín-folletín comenzaría con el anunciado episodio sobre Pau Gasol, pero eso fue después de ver el famoso video de la cadena ABC norteamericana en que anunciaba que iría al Eurobasket de septiembre en plena euforia por haber conseguido el anillo. Como al día siguiente se apresuró a comunicar que aún tenía que pensárselo un poco, decidí esperar. Aunque ya para entonces parecía tener clara su participación en el torneo. Se encuentra bien físicamente y mejor aún de ánimo, pero supongo que prefirió hacer las cosas con un cierto orden y prudencia, dos rasgos que le han caracterizado fuera de la cancha desde que apareció por sorpresa en la Copa del Rey de 2001 para llevarse el MVP del torneo como quien no quiere la cosa. Nos quedamos con sus 25 puntos y la sensación de que un chaval tan larguirucho y delgado y tan ágil y rápido al mismo tiempo no podía ser real.
http://www.youtube.com/watch?v=OCwVkaDR2AA

Entre ese momento y su llegada a la NBA pasaron unos meses. Ese mismo año debutaba con la Selección. Antes, en el 99, había ganado el Mundial Junior a Estados Unidos, en un torneo en el que no destacó especialmente, pero que fue el principio de lo que hoy es la Selección de baloncesto, un gran equipo por encima de todo, un grupo con los pies en la tierra y las manos en el cielo formado por compañeros, humildes. anti-divos y comandados por su número 4, aunque esa es otra historia. Sigamos. Nada más llegar a América se llevó los primeros palos: los Hawks, que le habían elegido en el número 3 del draft, por detrás, atención, de Kwame Brown y Tyson Chandler, dos jugadores de su misma posición pero ligeramente peores que él, le traspasan inmediatamente a Memphis Grizzlies, un equipo poco halagüeño. Pau hizo limonada con los limones que le cayeron del cielo y ganó el trofeo de Rookie del año para a continuación meter a Memphis tres años seguidos en los play-offs, con un resultado global de 12-0. Con la ÑBA, plata en el Europeo de Suecia 2003 y mala suerte en los Juegos Olímpicos de Atenas, en un partido contra Estados Unidos donde los más viejos del lugar aseguran que vieron jugar por última vez a un tal Stephon Marbury.

Se hizo mayor, se dejó crecer el pelo y la barba. Por exigencias del guión se perdió el Eurobasket de Serbia en 2005, lo que no sentó bien a algunos, algunos que, claro está, ni pinchaban ni cortaban. En 2006 acudió al All-star por primera vez, y siendo uno de los jugadores que menos minutos estuvo en pista, acabó como máximo reboteador del partido. Eso sí, se comió un tapón de Ben Wallace en su único tiro a canasta... Siempre una de cal y otra de arena. Empiezan a llamarle blandito y a preguntarle insistentemente sobre su posible salida del equipo en busca de horizontes más despejados. Pau, ambicioso, sí, pero no tonto, no se salía de su guión. Ya veremos, seguir trabajando, a todos nos gusta ganar, tiempos mejores... En verano, ganó el Mundial y fue elegido mejor jugador del torneo a pesar de no disputar la final por su lesión en semis contra Argentina, en la que tiró los últimos tiros libres con un dedo del pie fracturado. Y es que los héroes sin épica no son héroes.

Y, finalmente, tras recuperarse de una lesión que acabó con la buena racha de los Grizzlies y puso de manifiesto que el equipo era él, vino un año desastroso y la realidad patente de que el noi de Sant Boi no pintaba nada en el hogar de Elvis. Preparó su particular giro del destino jugándose el último tiro en la final del Eurobasket de Madrid. Esta vez, el diablo dijo no. Tuvo que esperar a principios de 2008 para que el hada madrina, o sea, los Lakers, llamaran a su puerta y le sacaran del estancamiento. Otra pena: en el traspaso, su hermano Marc se tenía que ir a Memphis. No jugarían juntos. Pero el cielo se abría. Los Lakers sólo con Kobe Bryant no parecían rival para los Celtics. Con Pau a su lado, sí. Hace migas con el ídolo del equipo, con quien se entiende en castellano, y con otros jugadores, como Sasha Vujacic, que insiste, de broma, en llamarle Pablo. La temporada culminó con una plata en los Juegos olímpicos de Pekín que, más que nunca, supo a oro.

Y no fue la temporada pasada, pero sí esta, ante un invitado sorpresa, los Magic de Superman Howard. Pau Gasol, ganador del anillo de la NBA. Pau Gasol, mejor jugador español de baloncesto de todos los tiempos. Y ante la mirada atónita de los que no pensábamos que en un equipo tan competitivo Gasol pudiera hacer mejores actuaciones personales que cuando era el objetivo de todos los pases, resulta que ha mejorado sus números. Y va al Eurobasket de Polonia porque le falta un oro en un Eurobasket. Después de verle abrazarse al trofeo, de verle con sus padres y su hermano pequeño Adrià, de verle pasear el anillo por las calles de Los Angeles, es posible que sea hora de retomar aquel anuncio previo a España '07 en el que afirmaba que es mejor que el mundo admire a tu país a que tu país te admire, y decir que ahora sí que estamos satisfechos y orgullosos. Vale, sólo es un anuncio, pero no me negaréis que hace falta tener la cabeza bien amueblada y las ideas claritas para hacer eso en un país tan puñetero como este.
http://www.youtube.com/watch?v=w12_cA_SZoQ

Y como penúltimo capítulo de la historia de Pau, llega el video sorpresa. En El show de Jimmy Kimmel, le vacilan añadiéndole una "l" al su nombre para que así sea Paul y suena más americano. Ni se inmuta, siempre tranquilo, siempre pausado. Su amigo Kobe salta, sin dejar la broma: no es Paul, es Pau, pronúnciese pow, como la onomatopeya de un puñetazo de la antigua serie de Batman. Y el último capítulo, por ahora, es el definitivo "sí" a la Selección un verano más. Algo que ya se sabía, pero tenía que decirlo él, y tenía que decirlo en casa.
http://www.youtube.com/watch?v=Z9OkMq8oShg
http://www.youtube.com/watch?v=Z6Oj4D37VPg

Hoy no hay canción, hay otro video de propina, dedicado a todos aquellos que alguna vez dijeron que Pau Gasol era un jugador blandito.
http://www.youtube.com/watch?v=QP3nzCSvnzQ
Que dure muchos años, Pau.

viernes, 26 de junio de 2009

Adiós al rey

Hola, querid@s transeúntes:
Me vais a permitir que, como muestra de luto, no ponga número a este episodio. El rey ha muerto, viva el rey. El fallecimiento de Michael Jackson nos ha pillado desprevenidos, como si se tratase del anuncio de un nuevo disco o una gira después de mucho tiempo de silencio. Desde su gloria infantil con sus hermanos a su explosión mundial en los 80 y parte de los 90, y hasta el desastre que arrasó su vida a poco de comenzar el nuevo siglo, Jacko siempre ha parecido un ser de otra galaxia (así aparecía en la película Men in black), alguien que no tenía nada que ver con el resto de la humanidad.

Al principio, qué gracia natural, qué talento, cuánto prometía. Después, qué forma de moverse, qué estilo tan personal, qué genialidad en sus canciones, qué videoclips tan rompedores. Y qué bien se rodeaba, siempre con los mejores, y todas las estrellas tienen sus excentricidades, y la gente tiene mucha envidia de los que triunfan, y las acusaciones hay que demostrarlas, pero qué desmejorado está, a ver si saca otro disco y levanta cabeza. Y al final, qué lástima, qué caricatura de sí mismo, con el dinero que tenía, con lo bueno que había sido... Y fin de la historia. Aquí no se queda nadie, dirían los más viejos del lugar, pero Jackson aún tiene que vivir después de la muerte, elevando su nombre a las nubes y arrastrándolo por el barro.

Aún tendremos que ver cómo los ciudadanos anónimos pueden llegar a ser más excéntricos si cabe que las estrellas. Veremos a fans subirle a los altares como a un santo y a ex-fans negar que siquiera conocían su nombre. A jóvenes y no tan jóvenes llorar desconsolados por las calles y sacar los titulares y fotos más escandalosas para que no se olvide nadie de quién era. A periodistas, críticos y expertos colocarle entre los pilares de la música y afirmar sin mover un músculo de la cara que no era para tanto, que se repetía mucho y que le acusaron de plagio un par de veces.

En resumen, una leyenda, para bien y para mal. Ahora el negro que tenía la piel blanca está con Elvis, con Marilyn, con River. Y se ha ido por sorpresa, como las estrellas. Recuerdo perfectamente sentirme igual que ahora una noche de 1989, cuando de sopetón la tele anunció que Fernando Martín había muerto en un accidente de coche. No exactamente triste, desde luego nada contento. Raro. No es un sentimiento devastador y helado como cuando pierdes a un ser querido. Es otra cosa. Como ellos, otra cosa. Te acostumbras a la gente y de repente se van para no volver. Qué falta de consideración.

Por cierto, ayer también falleció Farrah Fawcett, inolvidable intérprete de la serie Los ángeles de Charlie. Según parece, tenía previsto casarse con Ryan O'neal, el amor de su vida, con el que convivió 17 años y tuvo un hijo ya en el pasado siglo. Ambos eran conscientes de que no iban a disfrutar mucho tiempo juntos, tan poco que no ha sido posible. Otro cuento de gente famosa con final triste.
Descansen en paz.

They print my message
In the Saturday Sun
I had to tell them
I ain't second to none
And I told about equality
An it's true
Either you're wrong
Or you're right
But if
You're thinkin'
About my baby
It don't matter if you're
Black or white.
I am tired of this devil
I am tired of this stuff
I am tired of this business
Sew when the
Going gets rough
I ain't scared of
Your brother
I ain't scared of no sheets
I ain't scared of nobody
Girl, when the
Goin' gets mean
Black or white. Michael Jackson.

domingo, 21 de junio de 2009

Episodio 30: Fin de la primera temporada

Hola, fieles espectadores:
Aprovechando la llegada del solsticio de verano, del fin de curso, del episodio 30 de este serial-blog y de yo qué sé cuántas cosas más, damos por finiquitada la primera temporada de Las noticias del fin de semana. No sufráis, que no vais a tener que esperar mucho para el comienzo de la segunda. Y como toda serie tiene su episodio recopilatorio, voy a aprovechar para dar un repaso a algunas de las novedades de los últimos días relacionadas con los temas que he tratado en anteriores episodios:
  • Mientras el cadáver de Marta del Castillo sigue sin aparecer sin que a los autores confesos del crimen parezca importarles demasiado y los telediarios parezcan haberse olvidado del tema, ETA ha vuelto a matar, después de seis meses. Malditos hijos de puta. Otra muerte innecesaria, otra manifestación de condolencia irrelevante y otro discurso hueco de Lehendakari. Al menos la viuda de Eduardo Puelles mostró una entereza y una valentía que ni los asesinos de su marido ni los responsables políticos tienen.
  • Pregunta de examen, listill@s: ¿qué haríais vosotros con un tipo que abandona a uno de sus trabajadores a 200 metros del hospital con un brazo arrancado, y después de tirar el miembro a la basura, para que no le trinquen por contratar ilegales? Yo lo tengo muy claro, pero yo he preguntado primero...
  • En un nuevo episodio de Escenas de manicomio, vimos como Leire Pajín se pasó un pelín de entusiasmo ante el liderazgo de su amado jefe ante su próxima presidencia europea, declarándola como "el próximo acontecimiento histórico en nuestro planeta". La juventud es lo que tiene. (http://www.youtube.com/watch?v=L6MPfRyrKq8)
  • En este mismo apartado, una fe de erratas: resulta que el perrito que el señor Aznar enseñaba en la portada del Semanal XXL no era un rottweiler, sino un labrador que además se llama Sam. Como el tío que le costó las elecciones, vamos. De todas formas el bicho tenía cara de mala uva. Y me refiero al perro.
  • En el apartado de superhéroes con mallas encontramos que Barack Obama mató el jueves una mosca, lo que se convirtió en la noticia del día (http://www.youtube.com/watch?v=a3EPnDKq5V8). Así va el mundo. No me extraña que al día siguiente, en la cena anual con los corresponsales, el presidente les pasara a los periodistas un vídeo de él mismo disfrazado de justiciero con superpoderes (http://www.youtube.com/watch?v=YWOL20doEuU).
  • La raqueta de Federer sigue ejerciendo su influjo maligno en algunos deportistas: el domingo pasado, el piloto Julián Simón celebró su victoria en el Gran Premio de Cataluña... una vuelta antes de que la carrera acabase. Menos mal que sigue líder del Mundial (http://www.youtube.com/watch?v=oeVTm0aZEsc).
  • El comportamiento de la afición francesa con Rafa Nadal en el torneo de Roland Garros demuestra que ser un zoquete incapaz de respetar a los demás no es patrimonio exclusivo de ciertas ideologías. Mal de muchos...
  • Susan Boyle fue derrotada en la final de Britain's got talent por un grupo de chavales bailarines, y acabó ingresada en una clínica psiquiátrica debido a la ansiedad. Mientras tanto, el ex-vendedor de móviles y ahora cantante de ópera Paul Potts se encuentra en los primeros puestos de la lista de ventas del Reino Unido. Seguiremos informando.
  • El Barça ha ganado todo lo ganable en fútbol, más la liga de baloncesto y la de hockey sobre patines. Es difícil encontrar un equipo tan equipo.
  • Por cierto, en el otro lado de la trinchera, el Real Madrid se gasta una cantidad indecente por Kaká y Cristiano Ronaldo y a continuación regatea cinco milloncejos por Villa. Hay que joderse, Florentino...
  • El anuncio de un coche en el que aparece un jefe gritón y despótico al más puro estilo marine usamericano se ha convertido oficialmente en el spot más desagradable de la televisión una vez desaparecido definitivamente el del vómito asqueroso. Al mismo tiempo, las cadenas de televisión siguien "apoyando las marcas", y algunos productos alimentarios se han animado a incluir su baratísimo precio en sus campañas publicitarias, algo sólo visto hasta ahora en coches y poco más. Cosa de la crisis, será.
Y como diría aquel gran intelectual del siglo XX, "eso es to, eso es to, eso es todo, amigos". No se pierdan el próximo episodio de Las noticias del fin de semana, con el que inauguraremos la segunda temporada, que promete ser (aún) mejor que la primera. El tema: Pau Gasol y sus circunstancias.
¡Au revoire, que dijo Voltaire!

I know you're hopin' to find
Someone whos gonna give you peace of mind
When times go bad
When times go rough
Won't you lay me down in tall grass
And let me do my stuff

I'm just second hand news
I'm just second hand news
Second hand news. Fleetwood Mac.

miércoles, 17 de junio de 2009

Episodio 29: Dinerito rico

Valga la redundancia. Buenas noches, estimados miembr@s del club de millonari@s.
Si hay una persona en la Historia que merece arder en la hoguera, es el inventor del dinero, estoy totalmente convencido de ello. No es que con el trueque como único método de comercio no existiesen problemas en el mundo, pero el dinero, ese símbolo de poder, de riqueza, de importancia, nos ha convertido en sus esclavos como ningún otro objeto en el mundo (y de esos otros objetos hablaré otro día).

¿Qué es el dinero? Un trozo de metal, un trozo de papel, podríamos decir de forma banal, como podríamos decir que una bandera no es más que un trozo de tela o que el fútbol son veintidos tíos en calzoncillos dándole patadas a un balón. Ojalá las cosas fueran así de simples. Por obra y gracia de la era industrial-tecnológica y de la codicia humana, el dinero se ha convertido en el dueño y señor del universo sin siquiera tener conciencia de ello. Y lo peor es que nos afecta a todos, a los que no tienen porque no tienen y a los que tienen porque tienen. O porque no tienen bastante, porque el dinero es una adicción como cualquier otra.

Después de soltar este chorro de perogrulladas para quedarme a gusto, os comentaré que la ocurrencia de hablar del dinero viene, aparte de su íntima relación con nuestra vieja amiga la crisis, por el interesantísimo debate que ha originado el fichaje de Cristiano Ronaldo por el Real Madrid por 93 milloncejos de leuros. ¿Es lícito pagar tantos millones, tantos que podrían solucionar la crisis de la mayoría de afectados en nuestro país de un plumazo, por un jugador? ¿Es lícito hacerlo especulando que tal jugador va a generar aún más dinero del invertido? ¿Es lícito que alguien tenga tanto dinero, joder?

No. Moralmente hablando, quicir. Pero en pleno siglo XXI, la moral se ha relativizado tanto que vale todo. Tampoco era lícito que al gran Jim Carrey le pagasen veinte millones de dólares por Mentiroso compulsivo (o por cualquiera de sus otras películas, vamos), y ya veis. Ni tampoco que el propio Cristiano celebre su fichaje yéndose con Paris Hilton a gastarse una cantidad dolorosa de pasta en bebidas. Y ya veis. El negocio es el negocio, por encima de todo. Ser muchimillonario ayuda a encumbrar a los ídolos, porque les hace aún más inaccesibles. Y de nada va a servir que los no aficionados al fútbol se tiren de los pelos, ni que un cura del Barça proteste por el despilfarro madridista cuando no se quejó por los despilfarros culés. Ni siquiera sirve de mucho que haya gente que prefiera vivir al margen del dinero y elija una vida tranquila alejada de todo aquello que suene a gasto innecesario, porque desgraciadamente son pocos y porque desgraciadamente los buenos ejemplos son los que menos se siguen.

Pero, como decía, nadie escapa al influjo del dinero. A mí personalmente, no me importaría sacar mis ahorros del banco en billetes pequeños y bañarme en ellos obscenamente. Porque sí, amig@s, he de confesar que a mí también me gusta el dinero. Me gusta como símbolo de comodidad e independencia, aunque sea consciente de que la comodidad y la independencia se basan en cómo se lo monte uno, tenga o no tenga dinero. De hecho, reflexionando hace poco sobre la vieja (e innecesaria) dicotomía entre dinero y amor, me descubrí eligiendo al primero, cosa que hace X años jamás se me habría pasado por la cabeza. Una conclusión un tanto perturbadora y que dice muy poco en mi favor, lo sé. Pero ya veis. Yo de mayor quiero ser rico básicamente para poder hacer lo que me dé la gana, pero por favor, si eso sucede (que va a ser que no) y empiezo a comportarme como los ricos de la tele, que alguien me pegue un tiro.

La sintonía de despedida del episodio de hoy también es obvia, pero no quiero dejaros en paz sin hacer una última reflexión: como aficionado a la última página del diario El País, en la que un protagonista almuerza con su entrevistador, me he fijado en que, cuanto más interesante es el entrevistado (para mí, of course), más barato es el menú.

Money makes the world go around
The world go around
The world go around
Money makes the world go around
It makes the world go 'round.

A mark, a yen, a buck, or a pound
A buck or a pound
A buck or a pound
Is all that makes the world go around,
That clinking clanking sound
Can make the world go 'round.
Money. BSO Cabaret.

viernes, 5 de junio de 2009

Episodio 28: Crisis? What crisis?

Buenas noches, pobres sufridores:
Ya, ya lo sé, he sido un niño malo. Dos semanas sin asomarme por aquí es mucho tiempo, sabiendo que tengo a una muchedumbre ansiosa por echarle un vistazo al último boletín de noticias de mi universo para-lelo particular. Pero tengo coartada: he estado atravesando mi propia crisis personal, aprovechando que ahora está de moda el tema. Y como la crisis global, no es que haya acabado, ni siquiera creo que haya tocado fondo, pero está en un momento de tregua.

Es raro el tema este de la crisis. Cuando no sabíamos que teníamos una sobre nuestras cabezas, incluso cuando ya lo sabíamos pero las altas instancias lo negaban en nombre de todos los santos laicos del firmamento político, parecía que nuestra vida no había cambiado lo más mínimo. Todo el mundo pensando en las vacaciones, las cuestas de enero, el precio de la vivienda, el próximo ascenso, el campeón de liga, el alto precio de la vivienda, el me quiere-no me quiere, la última de Scarlett Johansson, el desorbitado precio de la vivienda... Y de repente, sin comerlo ni beberlo, los precios se desploman, las obras se paralizan, comienza a subir el paro como si todo fuera una profecía de Nostradamus o un versículo de la Biblia: así está escrito, así se hará. Incluso parece sugestión psicológica. ¿No será que estamos en crisis porque lo dicen los telediarios todos los días y a todas horas? Según el testimonio de las miles de familias que casi no pueden llegar a fin de mes, no, no parece probable esa teoría.

El caso es que entre la irresponsabilidad administrativa ("Vamos a recalificar unos terrenitos para edificar, que eso da dinero"), la irresponsabilidad ciudadana ("Sí, hombre, te compras un piso, lo alquilas y la hipoteca se paga solita") y la irresponsabilidad política ("...") parece que estamos en una situación bastante chunga. Menos los ricos, claro, y menos algunos listos que están usando la crisis para hacer su agosto. Aprovechando el tirón, se ponen de moda las soluciones anti-crisis de todo tipo: menús anti-crisis, promociones anti-crisis, tratamientos anti-crisis... La penuria económica también es un target publicitario y, por supuesto, un negocio.

Se podría decir que bien, que vale, que cada uno se busca la vida como puede, pero resulta que algunos manipulan la situación para poder alegar que el perro se ha comido sus deberes. ¿Que la empresa produce unos cuantos millones de beneficios menos de los esperados? Ah, pues nada, se hace un ERE, se echa a unos cuantos empleados y listo. Bochornoso. Vomitivo. Exasperante. Y más humano que los humanos, como decían en Blade Runner. Los ejecutivos de las grandes empresas van a acabar siendo replicantes a los que algún Deckard tiene que retirar antes de que la líen más de la que la están liando.

Así que ni brotes verdes, ni predicciones agoreras, ni previsiones halagüeñas, ni 2010, ni 2011, ni nada de nada. No soy ni pretendo ser analista político ni mucho menos económico, y mis ideas probablemente son demasiado simples, pero también son claras. Y en realidad, este episodio no es más que una excusa para constatar lo mucho que me cabrea que los poderosos se aprovechen de los no poderosos, porque las manifestaciones me parecen totalmente inútiles a efectos prácticos, salvo para decir "qué buenos somos nosotros y qué malos los demás", y tampoco es cuestión de comenzar a quemar fábricas como en tiempos del ludismo. Igual es que soy demasiado radical. O igual es que me quedo corto.

Una crisis para explicar
que llegamos muy lejos.
La vergüenza llega y quizás
es hora de tirar del freno.
Crisis. Los limones.

martes, 19 de mayo de 2009

Episodio 27: Y ahora, unos minutos para la publicidad

Hola, estimados/as consumidores/as:
Una vez que nos hemos deshecho del asqueroso anuncio del vómito, siguen llegando cosas a nuestras teles a través de la publicidad que me dejan patidifuso, atónito y ojiplático.
La crisis de las narices ha influido en los anuncios que nos regalan las teles últimamente, hasta el punto de convertirse en un producto más. Pero como eso es tema de otro episodio-boletín, lo aparcaré de momento. Lo cierto es que, como consecuencia de la propia crisis, algunos hábitos de consumo han variado, como es lógico. Y los efectos para las mentes pensantes de la creatividad y el marketing han sido, cuando menos, curiosos. Dos casos particulares:
Los telediarios de todas las cadenas han señalado más de una vez el aumento en las compras diarias de las llamadas "marcas blancas", por ser más baratas y de similar calidad a los productos de marcas asentadas. Al ahorrarse, precisamente, los costes publicitarios y estar hechos para determinados establecimientos concretos, los supermercados pueden permitirse rebajar los costes, y, por consiguiente, los precios. Pues, de manera bastante curiosa, algunas marcas de productos alimenticios bien conocidos se han apresurado a des-marcarse (¡festival del humor!) de dichos productos, asegurando que "no fabricamos para otras marcas". Es decir, que la leyenda urbana de que un yogur de marca blanca es igual que un danone no va a ser cierta. O eso dicen. Y además, un canal de televisión privado pero de cobertura nacional como Telecinco ha sacado su propio anuncio "apoyando las marcas". Igual temen que las empresas que fabrican productos de marca se arruinen y dejen paso a la dictadura de lo blanco, iniciándose así un nuevo periodo en la historia del comercio en que todos los productos sean iguales sin importar su procedencia, tipo o reputación. Una alegoría de la Humanidad, vamos.
El segundo asunto tiene tanta miga como el primero, si no más. Ahora las principales marcas de margarina han pensado que sería buena idea unirse para difundir la buena nueva: ¡amas y amos de casa y caso del mundo, cocinen con margarina! La margarina, que tan rica está untada en pan y con algo más encima, resulta que también sirve para hacer recetas de las de toda la vida. Y todos debemos aficionarnos a usarla, aunque vivamos en un país que se distingue por la producción, el consumo y la exportación de un producto de calidad (probablemente) inigualable como... el aceite de oliva.
Algo falla. O no lo han pensado del todo bien, o tienen tantos excedentes que hay que darles salida como sea. El caso es que no me acaba de parecer una estrategia muy adecuada para vender más margarina. Sobre todo mientras paralelamente se siga dando la matraca con que el aceite de oliva es fuente de salud y entre los ingredientes de la margarina figure una cosita llamada "grasas parcialmente hidrogenadas" que según algunos son casi tan saludables como inyectarte petróleo directamente en las venas.
Y mientras, las mencionadas cadenas privadas parece que van a conseguir al fin su ansiado sueño de que el ente público deje de emitir publicidad. A costa de que sus gastos los sufrague el resto del universo, por supuesto, no van a perder dinerito, que el negocio es el negocio.
Vivir para ver, amig@s. Y para comprar.
Quiero ser un bote de Colón
y salir anunciado en la televisión.
Qué satisfacción,
ser un bote de Colón...
Bote de Colón. Alaska y Dinarama.