lunes, 21 de septiembre de 2009

Episodio 43: Esclavos de lo nuestro

Hola a todos los autómatas y cyborgs que circulan por aquí:
Se dice que nueve meses después del gran apagón de Nueva York en 1965 hubo un Baby boom, de tanta gente que al quedarse a oscuras no tuvo otra cosa mejor que hacer... Será una leyenda urbana, pero es bastante verosímil.
Recientemente he estado dos semanas, día más, día menos, a pan y agua, es decir, sin internet. O con el racionamiento de una hora diaria que te ponen en la Biblioteca pública y algún dispendio, muy moderado, en los cibers cercanos. Lo justo para mirar el correo, twittear algo y echar un vistazo a las noticias del mundo mundial. Y me he aburrido. Como una ostra, oiga. Eso dice muy poco a mi favor, por el tema de la creatividad y demás, pero las alternativas que tengo actualmenet a la red son más bien escasas. Ya que no puedo organizar mi propio Baby boom y la tele es más bien regularcilla (¡qué elegancia la mía!), queda leer, sana costumbre, y poco más, porque tampoco se puede tirar uno todo el día en la calle, que la gente tiene que trabajar y además empieza a hacer fresco. Lo de leer está bien para un rato, porque lo cierto es que uno nunca ha sido un devorador de libros. Prefiero las dosis pequeñas, relatos, tebeos, prensa, revistas y demás, que los libros largos, esos que la gente dice no poder dejar hasta que se acaba. Con deciros que ni siquiera me he leído El código Da Vinci ni La sombra del viento... Sí, soy yo, no se lo digáis a nadie.
Una de las cosas que me da por hacer cuando me aburro, cosa a la que por otra parte tengo cierta tendencia, es pensar. Y aunque en mi caso suele ser bastante contraproducente, porque atrae a los fantasmas, a veces produzco algún pensamiento claro. Obvio, pero claro. Y en este caso, la bombilla que el mono de ADSL me ha encendido ha sido lo fácilmente que nos acostumbramos los seres humanos a las cosas buenas que creamos, que son bastantes, aunque menos de las que nos creemos. En cuanto inventamos algo útil, pasamos automáticamente a depender de ello. Tan pronto como le dimos un uso práctico a la electricidad, ésta pasó a dominarnos de tal forma que lo único que se nos ocurrió ante su falta fue liarnos a f... procrear. Si el apagón llega a durar más tiempo, a los neoyorquinos no les habría quedado más remedio que dejar la actividad física, aunque sólo fuese por puro agotamiento, y comenzar a hablar entre ellos, con Dios sabe qué consecuencias. Tal vez incluso cambios sociales, volver a comunicarnos los unos con los otros como antes de que existiesen la televisión y las megalópolis... Da escalofríos sólo pensarlo.
Ahora me resulta raro pensar en cuando no tenía acceso a internet, hace apenas diez años. ¿Qué haría? ¿Es cierto que era capaz de echarme en mi cama a escuchar música sin hacer nada más al mismo tiempo? Y yendo un poco más allá: ¿qué haría la gente todo el día antes de existir la tele? ¿Y la radio? ¿Y el alumbrado? ¿De qué serían esclavos los habitantes de este planeta hace poco más de un siglo? A lo mejor, además de beber, fumar y, como no, leer, se dedicaban a lo mismo que los neoyorquinos antes de que la luz volviese... Eh, un momento, ¿y antes de la invención de la imprenta, cuando no podían (o no sabían) leer? Inquietante. Se dedicarían a pelearse entre ellos, seguramente. O a pintar monas. O a pensar, como yo cuando me aburro. Incluso puede que alguno se dedicase a hacer prosperar a la Humanidad.
En fin, afortunadamente, la luz en Nueva York volvió, igual que ha vuelto mi adorada red, que me permite aislarme en mi habitación y poder hablar con los demás a través de una pantalla en lugar de mirándoles directamente a la cara... No sé, creo que me voy a ir un rato a la calle, a dar una vuelta. Haced vosotr@s lo mismo, veréis qué divertido. A lo mejor os encontráis a alguien con quien charlar. Ah, y quien encuentre los diez sarcasmos, se lleva un router de premio.

Credit cards in place of distress
Go live your life on the Internet
That's what this is
Conspiracies and mysteries
Science-fiction make-believe
My kind's misery.
Standfast. Car crashes.

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