domingo, 1 de marzo de 2009

Episodio 9: No me digas que no te gusta el baloncesto (I)

Buenos días, querid@s jugon@s:
Pretendo hacer un salto hacia atrás en el tiempo contando mi historia con el baloncesto, ese deporte tan afortunadamente desconocido para muchos. De ahí que este boletín tenga dos partes. En la primera me referiré simplemente a la Copa del Rey celebrada la semana pasada en Madrid.

Es una perogrullada decir que las eliminatorias a un partido son mucho más emocionantes que las fases regulares. En un partido te lo juegas todo, no te puedes esconder ningún as en la manga ni reservar una pizca de energía, porque antes de darte cuenta, podrías estar fuera. No sucede así en una liga en la que hay que jugar 34 partidos, donde en muchos de ellos un equipo puede intentar contemporizar, especular incluso, calculando las posibilidades de sus contrincantes en los demás partidos de la jornada e intentar prever las consecuencias. En competiciones como la Copa, o pierdes o ganas.

Esto no evita, sin embargo, que algunos equipos intenten racanear en el marcador exprimiendo la posesión hasta el último segundo, esquilmando las tácticas defensivas e intentando destruir el juego del contrario más que crear el propio. Afortunadamente, lo visto en el Palacio el pasado fin de semana fue todo lo contrario. Cada uno de los ocho equipos se vació en cada partido, y eso dio lugar a un auténtico espectáculo, con jugadas memorables, tanteos más que aceptables e igualdad general. Únicamente el Tau se mostró superior en sus partidos previos a la final, logrando distanciarse. En los otros partidos se vio alternancia casi en todo momento, decidiéndose el resultado en el último cuarto. Los equipos teóricamente víctimas, Kalise o Pamesa, no se achantaron en ningún momento, y Estudiantes estuvo a punto de dar un vuelco a la competición eliminando al Joventut y poniendo las cosas complicadas a Unicaja en semis. Toda una orgía de baloncesto, vamos. Que el Madrid fuera eliminado a las primeras de cambio no se puede decir que fuera una sorpresa, no todos los días se puede hacer una gran remontada. Más sorprendente fue la superioridad que mostró el Tau para eliminar al verdugo de los locales, el Barça, con un Navarro que no pudo repetir su gloriosa actuación de cuartos.

Y el domingo, llegó la final. Tau-Unicaja. En las últimas jornadas de liga el Unicaja está realizando unos partidos estupendos, con el único pequeño defecto de que pierde demasiado. Aún así, siempre da la sensación de que en cualquier momento te la puede liar. Y del Tau no se puede decir más que lidera el baloncesto europeo con una suficiencia desesperante para los rivales. Con una rotación de apenas ocho jugadores y sin casi usar a joyas como Stanko Barac o Fernando San Emeterio resuelve los partidos de una manera o de otra, como menos te lo esperas. O te machaca Splitter desde dentro, o lo hace Rakocevic desde fuera. Es una lástima que no tenga más seleccionables de verdad.

Y qué final, amig@s. No hubo un momento en que se supiera quién iba a ganar. Los dos equipos mordían en cada ataque, y se notaba la concentración y la tensión de los jugadores. Aíto no sacó a Kelati, que le había dado buenos resultados en anteriores eliminatorias, en todo el partido, y Cabezas tampoco se mostró todo lo que suele. Se llegó a la prórroga con Splitter y Rakocevic eliminados por faltas en el equipo vasco, y en ésta dominaron los tiros libres. Welsch por los malagueños y Vidal por los vitorianos mantenían el resultado parejo, pero el jugador decisivo fue Pete Mickeal, con la canasta final y un tapón a triple de Berni que podría haber acabado con Unicaja ganando en el último segundo. Hace tiempo que no veía un 100-98 en un partido ACB, y, francamente, podría acostumbrarme...

El premio al mejor jugador fue para Mirza Teletovic, algo curioso, no porque el bosnio no merezca un premio, sino porque en el equipo ganador se lo podrían haber llevado desde los "fijos" Splitter y Rako hasta Vidal y el "salvador" Mickeal, mientras que de haber ganado los andaluces, Haislip y Archibald habrían sido favoritos. El año que viene espera Bilbao, y casi deseamos que se haga corta la espera si el espectáculo se parece al de este año.
Showtime!

Una derrota peleada vale más que una victoria casual.
José de San Martín.

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