sábado, 21 de febrero de 2009

Episodio 3: Ta to bien

Hola, querid@s pacientes:
Hoy traigo un saludo especial a mi numerosíiiiiiiiisimo club de fans, que se alegrará de saber que mi última analítica ha salido de perlas. Parece que estoy estupendamente, o al menos que no estoy peor que antes, porque lo que estaba ahí sigue, y lo que te rondaré, morena.

Siempre me ha puesto muy nervioso ir al médico, y no porque no esté acostumbrado, sino porque siempre pienso que me van a encontrar algo raro. Vamos, que cualquier día voy a salir de la consulta con el Síndrome del Espectador. Y es que la ciencia avanza que es una barbaridad, y cada vez es más fácil que, si te buscan, te encuentren algo. Lo que no parece tan fácil es que encuentren al mismo tiempo una solución a ese algo, así que es bastante posible que te quedes con el "regalito" una buena temporada mientras te van haciendo pruebas y dándote medicamentos.

Nunca he dudado de lo que me haya dicho un doctor, y es que mi amplia experiencia clínica se ha solido saldar con buenos resultados, con lo que no puedo por menos que sentir un respeto reverencial por la profesión médica. La simple idea de que alguien decida dedicar su profesión a buscar solución al sufrimiento ajeno (porque sospecho que eso es lo que más se encuentra un médico a lo largo de su carrera, gente sufriendo) ya me parece lo más loable.

Pero eso no evita que ir al médico sea muy estresante, incluso si sólo va uno a hacerse un chequeo "de rutina". Esos suelen ser los más traidores... Y cuando te encuentran "algo", como dije más arriba, acabas yendo cada dos por tres a pruebas, análisis y demás, tomando "estas pastillas" y rezando para que cumplan su cometido, y sobre todo pendiente de los consejos del médico de turno. Vamos, que estás en buenas manos, pero jodido al fin y al cabo.

En fin, que gracias a mis excelentes niveles de colesterol y glucosa en sangre me he librado de pinchazos por una temporada, pero, como en las malas películas de terror, un dolorcillo raro puede aguardarme detrás de cualquier esquina, para producir una (mala) secuela de La angustiosa espera de los resultados: próximamente en su hospital más cercano.
Salud y buenos alimentos.

Oiga, doctor, a ver si tengo cura,
sólo quiero ser yo, y ahora parezco mi caricatura...
Oiga, doctor. Joaquín Sabina.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deje su mensaje después de la señal: