viernes, 26 de junio de 2009

Adiós al rey

Hola, querid@s transeúntes:
Me vais a permitir que, como muestra de luto, no ponga número a este episodio. El rey ha muerto, viva el rey. El fallecimiento de Michael Jackson nos ha pillado desprevenidos, como si se tratase del anuncio de un nuevo disco o una gira después de mucho tiempo de silencio. Desde su gloria infantil con sus hermanos a su explosión mundial en los 80 y parte de los 90, y hasta el desastre que arrasó su vida a poco de comenzar el nuevo siglo, Jacko siempre ha parecido un ser de otra galaxia (así aparecía en la película Men in black), alguien que no tenía nada que ver con el resto de la humanidad.

Al principio, qué gracia natural, qué talento, cuánto prometía. Después, qué forma de moverse, qué estilo tan personal, qué genialidad en sus canciones, qué videoclips tan rompedores. Y qué bien se rodeaba, siempre con los mejores, y todas las estrellas tienen sus excentricidades, y la gente tiene mucha envidia de los que triunfan, y las acusaciones hay que demostrarlas, pero qué desmejorado está, a ver si saca otro disco y levanta cabeza. Y al final, qué lástima, qué caricatura de sí mismo, con el dinero que tenía, con lo bueno que había sido... Y fin de la historia. Aquí no se queda nadie, dirían los más viejos del lugar, pero Jackson aún tiene que vivir después de la muerte, elevando su nombre a las nubes y arrastrándolo por el barro.

Aún tendremos que ver cómo los ciudadanos anónimos pueden llegar a ser más excéntricos si cabe que las estrellas. Veremos a fans subirle a los altares como a un santo y a ex-fans negar que siquiera conocían su nombre. A jóvenes y no tan jóvenes llorar desconsolados por las calles y sacar los titulares y fotos más escandalosas para que no se olvide nadie de quién era. A periodistas, críticos y expertos colocarle entre los pilares de la música y afirmar sin mover un músculo de la cara que no era para tanto, que se repetía mucho y que le acusaron de plagio un par de veces.

En resumen, una leyenda, para bien y para mal. Ahora el negro que tenía la piel blanca está con Elvis, con Marilyn, con River. Y se ha ido por sorpresa, como las estrellas. Recuerdo perfectamente sentirme igual que ahora una noche de 1989, cuando de sopetón la tele anunció que Fernando Martín había muerto en un accidente de coche. No exactamente triste, desde luego nada contento. Raro. No es un sentimiento devastador y helado como cuando pierdes a un ser querido. Es otra cosa. Como ellos, otra cosa. Te acostumbras a la gente y de repente se van para no volver. Qué falta de consideración.

Por cierto, ayer también falleció Farrah Fawcett, inolvidable intérprete de la serie Los ángeles de Charlie. Según parece, tenía previsto casarse con Ryan O'neal, el amor de su vida, con el que convivió 17 años y tuvo un hijo ya en el pasado siglo. Ambos eran conscientes de que no iban a disfrutar mucho tiempo juntos, tan poco que no ha sido posible. Otro cuento de gente famosa con final triste.
Descansen en paz.

They print my message
In the Saturday Sun
I had to tell them
I ain't second to none
And I told about equality
An it's true
Either you're wrong
Or you're right
But if
You're thinkin'
About my baby
It don't matter if you're
Black or white.
I am tired of this devil
I am tired of this stuff
I am tired of this business
Sew when the
Going gets rough
I ain't scared of
Your brother
I ain't scared of no sheets
I ain't scared of nobody
Girl, when the
Goin' gets mean
Black or white. Michael Jackson.

domingo, 21 de junio de 2009

Episodio 30: Fin de la primera temporada

Hola, fieles espectadores:
Aprovechando la llegada del solsticio de verano, del fin de curso, del episodio 30 de este serial-blog y de yo qué sé cuántas cosas más, damos por finiquitada la primera temporada de Las noticias del fin de semana. No sufráis, que no vais a tener que esperar mucho para el comienzo de la segunda. Y como toda serie tiene su episodio recopilatorio, voy a aprovechar para dar un repaso a algunas de las novedades de los últimos días relacionadas con los temas que he tratado en anteriores episodios:
  • Mientras el cadáver de Marta del Castillo sigue sin aparecer sin que a los autores confesos del crimen parezca importarles demasiado y los telediarios parezcan haberse olvidado del tema, ETA ha vuelto a matar, después de seis meses. Malditos hijos de puta. Otra muerte innecesaria, otra manifestación de condolencia irrelevante y otro discurso hueco de Lehendakari. Al menos la viuda de Eduardo Puelles mostró una entereza y una valentía que ni los asesinos de su marido ni los responsables políticos tienen.
  • Pregunta de examen, listill@s: ¿qué haríais vosotros con un tipo que abandona a uno de sus trabajadores a 200 metros del hospital con un brazo arrancado, y después de tirar el miembro a la basura, para que no le trinquen por contratar ilegales? Yo lo tengo muy claro, pero yo he preguntado primero...
  • En un nuevo episodio de Escenas de manicomio, vimos como Leire Pajín se pasó un pelín de entusiasmo ante el liderazgo de su amado jefe ante su próxima presidencia europea, declarándola como "el próximo acontecimiento histórico en nuestro planeta". La juventud es lo que tiene. (http://www.youtube.com/watch?v=L6MPfRyrKq8)
  • En este mismo apartado, una fe de erratas: resulta que el perrito que el señor Aznar enseñaba en la portada del Semanal XXL no era un rottweiler, sino un labrador que además se llama Sam. Como el tío que le costó las elecciones, vamos. De todas formas el bicho tenía cara de mala uva. Y me refiero al perro.
  • En el apartado de superhéroes con mallas encontramos que Barack Obama mató el jueves una mosca, lo que se convirtió en la noticia del día (http://www.youtube.com/watch?v=a3EPnDKq5V8). Así va el mundo. No me extraña que al día siguiente, en la cena anual con los corresponsales, el presidente les pasara a los periodistas un vídeo de él mismo disfrazado de justiciero con superpoderes (http://www.youtube.com/watch?v=YWOL20doEuU).
  • La raqueta de Federer sigue ejerciendo su influjo maligno en algunos deportistas: el domingo pasado, el piloto Julián Simón celebró su victoria en el Gran Premio de Cataluña... una vuelta antes de que la carrera acabase. Menos mal que sigue líder del Mundial (http://www.youtube.com/watch?v=oeVTm0aZEsc).
  • El comportamiento de la afición francesa con Rafa Nadal en el torneo de Roland Garros demuestra que ser un zoquete incapaz de respetar a los demás no es patrimonio exclusivo de ciertas ideologías. Mal de muchos...
  • Susan Boyle fue derrotada en la final de Britain's got talent por un grupo de chavales bailarines, y acabó ingresada en una clínica psiquiátrica debido a la ansiedad. Mientras tanto, el ex-vendedor de móviles y ahora cantante de ópera Paul Potts se encuentra en los primeros puestos de la lista de ventas del Reino Unido. Seguiremos informando.
  • El Barça ha ganado todo lo ganable en fútbol, más la liga de baloncesto y la de hockey sobre patines. Es difícil encontrar un equipo tan equipo.
  • Por cierto, en el otro lado de la trinchera, el Real Madrid se gasta una cantidad indecente por Kaká y Cristiano Ronaldo y a continuación regatea cinco milloncejos por Villa. Hay que joderse, Florentino...
  • El anuncio de un coche en el que aparece un jefe gritón y despótico al más puro estilo marine usamericano se ha convertido oficialmente en el spot más desagradable de la televisión una vez desaparecido definitivamente el del vómito asqueroso. Al mismo tiempo, las cadenas de televisión siguien "apoyando las marcas", y algunos productos alimentarios se han animado a incluir su baratísimo precio en sus campañas publicitarias, algo sólo visto hasta ahora en coches y poco más. Cosa de la crisis, será.
Y como diría aquel gran intelectual del siglo XX, "eso es to, eso es to, eso es todo, amigos". No se pierdan el próximo episodio de Las noticias del fin de semana, con el que inauguraremos la segunda temporada, que promete ser (aún) mejor que la primera. El tema: Pau Gasol y sus circunstancias.
¡Au revoire, que dijo Voltaire!

I know you're hopin' to find
Someone whos gonna give you peace of mind
When times go bad
When times go rough
Won't you lay me down in tall grass
And let me do my stuff

I'm just second hand news
I'm just second hand news
Second hand news. Fleetwood Mac.

miércoles, 17 de junio de 2009

Episodio 29: Dinerito rico

Valga la redundancia. Buenas noches, estimados miembr@s del club de millonari@s.
Si hay una persona en la Historia que merece arder en la hoguera, es el inventor del dinero, estoy totalmente convencido de ello. No es que con el trueque como único método de comercio no existiesen problemas en el mundo, pero el dinero, ese símbolo de poder, de riqueza, de importancia, nos ha convertido en sus esclavos como ningún otro objeto en el mundo (y de esos otros objetos hablaré otro día).

¿Qué es el dinero? Un trozo de metal, un trozo de papel, podríamos decir de forma banal, como podríamos decir que una bandera no es más que un trozo de tela o que el fútbol son veintidos tíos en calzoncillos dándole patadas a un balón. Ojalá las cosas fueran así de simples. Por obra y gracia de la era industrial-tecnológica y de la codicia humana, el dinero se ha convertido en el dueño y señor del universo sin siquiera tener conciencia de ello. Y lo peor es que nos afecta a todos, a los que no tienen porque no tienen y a los que tienen porque tienen. O porque no tienen bastante, porque el dinero es una adicción como cualquier otra.

Después de soltar este chorro de perogrulladas para quedarme a gusto, os comentaré que la ocurrencia de hablar del dinero viene, aparte de su íntima relación con nuestra vieja amiga la crisis, por el interesantísimo debate que ha originado el fichaje de Cristiano Ronaldo por el Real Madrid por 93 milloncejos de leuros. ¿Es lícito pagar tantos millones, tantos que podrían solucionar la crisis de la mayoría de afectados en nuestro país de un plumazo, por un jugador? ¿Es lícito hacerlo especulando que tal jugador va a generar aún más dinero del invertido? ¿Es lícito que alguien tenga tanto dinero, joder?

No. Moralmente hablando, quicir. Pero en pleno siglo XXI, la moral se ha relativizado tanto que vale todo. Tampoco era lícito que al gran Jim Carrey le pagasen veinte millones de dólares por Mentiroso compulsivo (o por cualquiera de sus otras películas, vamos), y ya veis. Ni tampoco que el propio Cristiano celebre su fichaje yéndose con Paris Hilton a gastarse una cantidad dolorosa de pasta en bebidas. Y ya veis. El negocio es el negocio, por encima de todo. Ser muchimillonario ayuda a encumbrar a los ídolos, porque les hace aún más inaccesibles. Y de nada va a servir que los no aficionados al fútbol se tiren de los pelos, ni que un cura del Barça proteste por el despilfarro madridista cuando no se quejó por los despilfarros culés. Ni siquiera sirve de mucho que haya gente que prefiera vivir al margen del dinero y elija una vida tranquila alejada de todo aquello que suene a gasto innecesario, porque desgraciadamente son pocos y porque desgraciadamente los buenos ejemplos son los que menos se siguen.

Pero, como decía, nadie escapa al influjo del dinero. A mí personalmente, no me importaría sacar mis ahorros del banco en billetes pequeños y bañarme en ellos obscenamente. Porque sí, amig@s, he de confesar que a mí también me gusta el dinero. Me gusta como símbolo de comodidad e independencia, aunque sea consciente de que la comodidad y la independencia se basan en cómo se lo monte uno, tenga o no tenga dinero. De hecho, reflexionando hace poco sobre la vieja (e innecesaria) dicotomía entre dinero y amor, me descubrí eligiendo al primero, cosa que hace X años jamás se me habría pasado por la cabeza. Una conclusión un tanto perturbadora y que dice muy poco en mi favor, lo sé. Pero ya veis. Yo de mayor quiero ser rico básicamente para poder hacer lo que me dé la gana, pero por favor, si eso sucede (que va a ser que no) y empiezo a comportarme como los ricos de la tele, que alguien me pegue un tiro.

La sintonía de despedida del episodio de hoy también es obvia, pero no quiero dejaros en paz sin hacer una última reflexión: como aficionado a la última página del diario El País, en la que un protagonista almuerza con su entrevistador, me he fijado en que, cuanto más interesante es el entrevistado (para mí, of course), más barato es el menú.

Money makes the world go around
The world go around
The world go around
Money makes the world go around
It makes the world go 'round.

A mark, a yen, a buck, or a pound
A buck or a pound
A buck or a pound
Is all that makes the world go around,
That clinking clanking sound
Can make the world go 'round.
Money. BSO Cabaret.

viernes, 5 de junio de 2009

Episodio 28: Crisis? What crisis?

Buenas noches, pobres sufridores:
Ya, ya lo sé, he sido un niño malo. Dos semanas sin asomarme por aquí es mucho tiempo, sabiendo que tengo a una muchedumbre ansiosa por echarle un vistazo al último boletín de noticias de mi universo para-lelo particular. Pero tengo coartada: he estado atravesando mi propia crisis personal, aprovechando que ahora está de moda el tema. Y como la crisis global, no es que haya acabado, ni siquiera creo que haya tocado fondo, pero está en un momento de tregua.

Es raro el tema este de la crisis. Cuando no sabíamos que teníamos una sobre nuestras cabezas, incluso cuando ya lo sabíamos pero las altas instancias lo negaban en nombre de todos los santos laicos del firmamento político, parecía que nuestra vida no había cambiado lo más mínimo. Todo el mundo pensando en las vacaciones, las cuestas de enero, el precio de la vivienda, el próximo ascenso, el campeón de liga, el alto precio de la vivienda, el me quiere-no me quiere, la última de Scarlett Johansson, el desorbitado precio de la vivienda... Y de repente, sin comerlo ni beberlo, los precios se desploman, las obras se paralizan, comienza a subir el paro como si todo fuera una profecía de Nostradamus o un versículo de la Biblia: así está escrito, así se hará. Incluso parece sugestión psicológica. ¿No será que estamos en crisis porque lo dicen los telediarios todos los días y a todas horas? Según el testimonio de las miles de familias que casi no pueden llegar a fin de mes, no, no parece probable esa teoría.

El caso es que entre la irresponsabilidad administrativa ("Vamos a recalificar unos terrenitos para edificar, que eso da dinero"), la irresponsabilidad ciudadana ("Sí, hombre, te compras un piso, lo alquilas y la hipoteca se paga solita") y la irresponsabilidad política ("...") parece que estamos en una situación bastante chunga. Menos los ricos, claro, y menos algunos listos que están usando la crisis para hacer su agosto. Aprovechando el tirón, se ponen de moda las soluciones anti-crisis de todo tipo: menús anti-crisis, promociones anti-crisis, tratamientos anti-crisis... La penuria económica también es un target publicitario y, por supuesto, un negocio.

Se podría decir que bien, que vale, que cada uno se busca la vida como puede, pero resulta que algunos manipulan la situación para poder alegar que el perro se ha comido sus deberes. ¿Que la empresa produce unos cuantos millones de beneficios menos de los esperados? Ah, pues nada, se hace un ERE, se echa a unos cuantos empleados y listo. Bochornoso. Vomitivo. Exasperante. Y más humano que los humanos, como decían en Blade Runner. Los ejecutivos de las grandes empresas van a acabar siendo replicantes a los que algún Deckard tiene que retirar antes de que la líen más de la que la están liando.

Así que ni brotes verdes, ni predicciones agoreras, ni previsiones halagüeñas, ni 2010, ni 2011, ni nada de nada. No soy ni pretendo ser analista político ni mucho menos económico, y mis ideas probablemente son demasiado simples, pero también son claras. Y en realidad, este episodio no es más que una excusa para constatar lo mucho que me cabrea que los poderosos se aprovechen de los no poderosos, porque las manifestaciones me parecen totalmente inútiles a efectos prácticos, salvo para decir "qué buenos somos nosotros y qué malos los demás", y tampoco es cuestión de comenzar a quemar fábricas como en tiempos del ludismo. Igual es que soy demasiado radical. O igual es que me quedo corto.

Una crisis para explicar
que llegamos muy lejos.
La vergüenza llega y quizás
es hora de tirar del freno.
Crisis. Los limones.