miércoles, 21 de julio de 2010

Episodio 70: Festival del humor

Hola, amantes del humor inteligente:

Desde que descubrí, allá por el mes de noviembre, el programa La parroquia del Monaguillo, en Onda Cero, gracias a un amigo, me enganché y me convertí en parroquiano impenitente, valga la paradoja. El universo particular de Sergio Fernández y Arturo González-Campos, poblado de señores que van croqueta, gente que se hace risa encima y lo más florido y selecto de la historia de la música española es un seguro de buen humor a la hora de irse a la cama. Pues bien, hace ya unos meses, el Mona y el Caraantigua propusieron a sus oyentes que escribiesen un monólogo corto, y, o no les han hecho mucha gracia las propuestas, o se les ha ido la cabeza, porque no han vuelto a mencionar el asunto. Esta semana, el programa se va de vacaciones hasta septiembre, así que, para que no se desaproveche, os dejo aquí mi participación en el concurso fantasma, con un breve añadido que, como suele suceder, se me ocurrió después, y que mejora el resultado:

Hola, me llamo Faustino y he vuelto a hacerlo. He vuelto a ir solo al cine. Si esto fuera Alcohólicos Anónimos, ahora vosotros diríais eso de “Hola, Faustino, te queremos”, pero, coño, si me quisierais, habríais venido conmigo… El caso es que intenté convencer a varias personas para que me acompañaran, pero ya se sabe, me vinieron con las típicas excusas: que si me viene mal, que si ya he quedado, que si prefiero meter la cabeza en la batidora…
Bueno, no es la primera vez que lo hago, y tampoco está tan mal. Lo único es que la gente te mira raro. Por ejemplo, en la cola para comprar la entrada: todos en parejitas o grupitos y tú ahí solo, que pareces Gallardón en el cumpleaños de Esperanza Aguirre… Como la experiencia enseña, decidí usar un truco para pasar desapercibido: pegarme al grupo más numeroso que había en la cola. Y ahí estaba yo, como un abuelete entre un grupo de adolescentes que me miraban como a una espinilla: “uyuyuy, esto hace un rato no estaba aquí…”. Luego, al pedir la entrada, me dirigí a la taquillera muy seguro, como si fuera lo más normal, aunque al decirle “tengo abono”, creo que ella estaba pensando “vale, y yo vida social…”.
Lo peor fue al pasar a la sala, con mi bebida y palomitas para uno, que mucho singles por aquí y por allí, pero a ver cuándo hacen el menú para uno, que comerte tú solo lo de dos para que te salga más barato te deja una pesadez de estómago… el caso es que el acomodador, un vejete que yo creo que no sabe que hace años que ya no trabaja allí, me miró como con lástima, y casi se acomoda conmigo en el asiento de al lado. Al principio no me importó, pero cuando me tocó una pierna, le di las gracias y un euro. Le habría dado más, pero no era tan atractivo…
De todas formas, hay que reconocer que ir solo al cine también tiene sus ventajas. Echas unas risas colocando el abrigo en el asiento de al lado y diciendo al que viene: “lo siento, está ocupado”, ¡y es mentira! Bueno, yo ayer, en cuanto se apagó la luz… no pensé que me atrevería, pero al final lo hice… ¡me cambié de butaca! En fin, que, como todo, es cuestión de acostumbrarse, como a las señoras que se te cuelan en el super, o a los intermedios de Telecinco… Ah, ¿la película? Bueno, era española… al menos había tetas...
Qué, ¿a que es gracioso? ¿Hola? ?Hay alguien?
Welcome to the House of Fun
Now I've come of age
Welcome to the House of Fun
Welcome to the lion's den
Temptation's on his way
Welcome to the House of...

Madness. House of fun.

martes, 13 de julio de 2010

Episodio 69 (qué número tan bonito): ¡Gran exclusiva!

Hola, forofos:
Debido a los recientes acontecimientos socio-económicos, de sobra conocidos por todos, que han tenido lugar en el país, asistimos a un momento histórico. Según una información de fuentes muy fiables, situadas de incógnito en un zoológico alemán, y que ha llegado a nuestra redacción, como siempre abarrotada de trabajadores, ayer tuvo lugar una reunión en el Palacio de la Moncloa con dos objetivos básicos. El primero, el oficial, que toda España pudiera ver a Zapatero dando saltitos. Pero también, en dicha reunión se hicieron las oportunas gestiones para un cambio de gobierno en España, que se hará efectivo de forma inmediata. Tras un ímprobo esfuerzo, hemos tenido acceso a la composición de dicho gobierno, de la que pasamos a informar a nuestra millonaria audiencia:
  • Presidente del Gobierno: Andrés Iniesta. Elegido por unanimidad, una vez probada su espectacular gestión en todos los campos.
  • Vicepresidente: Xavi Hernández. Totalmente cualificado para ejercer labores de líder en cuanto sea necesario.
  • Ministro del Interior: Fernando Llorente. Conocido porque nadie se mueve como él en el Interior. Del área.
  • Ministro de Asuntos exteriores: Fernando Torres. Masivamente aclamado por donde quiera que pasa, tenderá puentes de amistad, incluso amor, entre nuestro país y cualquier otro que se le ponga por delante.
  • Ministro de Defensa: Gerard Piqué. Un hombre experimentado en el campo de batalla, que ha dado su sangre por la patria, como se vio en la legendaria batalla contra Suiza.
  • Ministro de Economía: David Villa. Cinco goles para asegurar cuatro victorias. Austeridad y eficacia, lo que el país necesita.
  • Ministro de Sanidad: Íker Casillas. Su capacidad de prevenir el infarto en los ciudadanos, así como aconsejar a la juventud sobre la práctica habitual de costumbres sanas, le han hecho merecedor del cargo.
  • Ministro de Trabajo: Sergio Busquets. A falta de cotejar estadísticas, se rumorea que él solo ha currado más que todos sus homólogos anteriores.
  • Ministro de Transportes: Xabi Alonso. Se acabaron la circulación congestionada y la presión a las vías de comunicación nacionales.
  • Ministro de Agricultura, Caza y Pesca: Carles Puyol. Experto en siega de césped de raíz, caza de especies invasoras y pesca de altura.
  • Ministro de Educación y Cultura: Cesc Fábregas. ¿Alguien le ha oído quejarse? Y además, habla inglés...
  • Ministra de Igualdad: Sara Carbonero. Su compenetración (ejem) con algunos miembros del nuevo Consejo de Ministros la convierten en candidata ideal. Además, no queremos que se enfade Bibiana Aído...
  • Ministro de Fomento: Sergio Ramos. Siempre fomentando el buen rollo y la fiesta en el seno del Consejo de Ministros.
  • Ministro portavoz del Gobierno: Pepe Reina. Esto no es una sorpresa, ya ejercía el cargo de manera oficiosa.

La jefatura del Estado la asumirá Vicente del Bosque. Aún no se ha confirmado si reinará con el sobrenombre de Vicente I el Bueno, pero sabemos que es el hombre adecuado para refrendar las decisiones de los nuevos miembros (y miembra) del gabinete.

Otros cambios serán el nuevo himno nacional, que, bajo el título "Yo soy español, español, español", podrá ser cantado en los eventos importantes, porque sí tiene letra. Sin embargo, la capital seguirá siendo Madrid, tras descartarse su traslado a Fuentealbilla o Terrassa.

Seguiremos informando...


jueves, 1 de julio de 2010

Episodio 68: ¿Se lo merecen?

Un cordial saludo a mi legión de fans de todo el mundo:
Desde que el mundo empresarial entró a saco (o a saca, más bien) en el fútbol, mi interés se desvaneció. Sin embargo, no puedo resistirme al Mundial. Por eso, el otro día, pensando en algo medianamente interesante para twitear, me di cuenta de cómo este torneo ha servido para mitigar el malrollismo contra políticos y medios de comunicación de todos los plumajes, y me asaltó una duda. Por eso, hoy, mis leales lectores, os quiero hacer una pregunta: ¿se merecen los personajes, ejem, mediáticos, la pasta que ganan por alejarnos del mundanal ruido y entretenernos un rato?

La respuesta racional sería no, está claro. A ver por qué un actor de Hollywood, un futbolista o la última estrella post-adolescente del pop tienen que estar forrados mientras que el médico que nos opera, el tendero de la esquina que nos vende la comida y el fontanero que nos arregla el grifo tienen sueldos normales. Es más, ¿todo ese dinero no podría ir a gente que de verdad lo necesita, a solucionar los problemas del mundo, a paliar el hambre, a curar la enfermedad? Suena indecente que, en este mundo que estamos destruyendo poco a poco, toda esa gente gane una millonada por no hacer nada.
Pero sí, toda esa gente gana una millonada por no hacer nada... ¿o hacen más de lo que parece? No voy a referirme aquí al dinero que generan a cambio de lo que cobran, ya sea en venta de entradas, de camisetas, de mechandising de todo tipo o de sus propias líneas de perfumería y ropa, sino de algo mucho menos concreto y mucho más importante: la felicidad. Al principio, la noticia del sueldazo del último fichaje, el cachitas de turno o el presentador de moda nos escandaliza, pero como estamos tan saturados de noticias epatantes, acabamos fijándonos más en el brillo que desprenden sus dientes de oro que en lo efímero de sus obras.
Hay mucha gente que abomina el deporte profesional, no ve la tele (incluso he oído, aunque creo que es una leyenda urbana, que hay personas, seres humanos como tú y como yo, que no tienen tele) y dedica su tiempo de ocio a pasear por el campo, escuchar a Vivaldi y leer a los clásicos. Desde su punto de vista, que cualquier figurín televisivo gane más que el presidente del gobierno tiene que ser una blasfemia. Pero, probablemente por desgracia, esas personas no son mayoría, y que a uno le quiten las penas un rato, es posible que no tenga precio. Si no tienes trabajo o tienes un jefe idiota, si no puedes con tus hijos o no puedes tener hijos, si te estalla la cabeza o te pesa el culo, vas a necesitar una vía de escape. Y eso, como todo, se paga.
Y, de todas formas, estar forrado y que el mundo sea una mierda, dicho suavemente, no son cosas incompatibles. Por un lado, el dinero que gana un grupo de rock por hacer una gira mundial y el dinero dedicado a la investigación sobre el SIDA, no salen del mismo sitio. Uno sale directamente de nuestro bolsillo, y otro, de nuestros impuestos, sin pasar por nuestro bolsillo. Dicho de otra forma, ni yo financio la creación de casas de acogida para refugiados ni el gobierno le paga los caprichos del camerino a Lady Gaga. Por lo tanto, no deberíamos tener que elegir entre una superproducción y una escuela en África.
Y a partir de esta última idea, mis amados acólitos, os hago otra pregunta: ¿es posible que nuestros queridísimos políticos (ya tardaban en salir a la palestra) estén utilizando el showbiz como opio del pueblo, para atontar a sus votantes y no votantes y así no tener que hacer los deberes? No olvidemos que los líderes del mundo son los miembros del G20, no los de U2. Y tampoco olvidemos que hay celebridades que siguen siendo denostadas a pesar de entregar jugosos fajos de billetes a labores humanitarias: sólo lo hacen para librarse de Hacienda, para lavar su imagen, para limpiar su conciencia, porque para ellos no son más que migajas... sí, pero lo hacen. Incluso los que con una mano invierten su fortuna en drogas y alcohol, mansiones desperdigadas por el mundo, coches de lujo y con la otra aporrean fotógrafos y meten mano a dudosas compañías, suelen tener un ratito para hacerse la foto con el presidente de tal fundación, organización o gobierno y un cheque más grande que mi habitación.
Me estoy alargando (otra vez). Tras toda esta palabrería, y a pesar de que he intentado ser magnánimo, probablemente la respuesta siga siendo no. Al que pagó veinte millones de dólares a Jim Carrey por la segunda parte de Ace Ventura deberían cortarle... el sueldo, y Cristiano Ronaldo no vale 90 millones. Pero al menos nos ha quedado claro que también son personas, y que si a mí, que tengo un índice de popularidad que podríamos definir como ridículo, me agobia a veces que me paren por la calle, ser famoso de verdad a veces debe de ser un coñazo. Y eso también se paga y se cobra.
¡Nos vemos en los Oscars... o en los bares!
She's so Lucky
She's a star
But she cry cry cries in her lonely heart
Thinking, if there's nothing missing in my life
Then why do these tears come at night?
Britney Spears. Lucky.