Hola, intelectuales:
¿Sabíais que hay gente que no tiene tele en su casa? Sí, sí, lo he leído. Algunos incluso están orgullosos y se atreven a decirlo públicamente. Insensatos... No, en serio, yo no es que la vea mucho, apenas tres o cuatro horas al día, pero sería incapaz de vivir sin televisión, ¡menuda incertidumbre! ¿Qué receta habrá hecho hoy Arguiñano?, ¿durará ya más la información deportiva que la general en el telediario, o solo les dedicarán el mismo tiempo?, ¿habrán vuelto a emitir Pretty woman? La tele es una de esas cosas que conviene tener, aunque no se le haga mucho caso, por si algún día ponen algo interesante.
Esto viene, digamos, como metáfora, porque he leído hace poco que La 2 de Televisión Española está pasando por horas bajas en cuanto a audiencia, y alguien se ha atrevido a insinuar que peligra su continuidad, lo que me parece del todo inaceptable. La 2 es, como la irreductible aldea gala de Astérix, un espacio cercado a salvo de garrulerías del corazón, sin tertulianos estridentes y sin telefilmes de adolescentes acosadas con bebés secuestrados por plagas de insectos maltratadores. Algo raro hoy en día, vaya. Si hasta emite programas dedicados a las matemáticas, ¡exculsivamente! Y aunque todo el mundo diga que ve Los documentales de la 2 y Redes y todo el mundo mienta, una cadena así es necesaria para que una sociedad decadente y deprimida conserve un mínimo de dignidad y cordura. Que haya un canal de televisión dedicado a la cultura al alcance de todos, con programación infantil de verdad, con cine clásico en horario de máxima audiencia (único canal nacional que lo emite. Sí, aparte de Intereconomía...) y con un concurso como Saber y ganar, uno de los decanos de la programación en España, y que, por cierto, durante mucho tiempo, ignoro si aún será así, ha sido el programa con más espectadores de la cadena. Daría lástima verlo terminar de una forma tan triste, aunque tampoco soy objetivo al respecto.
También es verdad que La 2 ha mostrado cierta falta de interés por acumular seguidores. El eslogan "Para una inmensa minoría" sólo es sostenible más allá de una pose si hay un buen colchón financiero para mantener el estilo de vida, y dudo que hacer alguna concesión de cara a la galería de vez en cuando hubiera perjudicado al ente. José Luis Garci confesó en una entrevista que intentó programar E.T. en su espacio de cine y le dijeron que era demasiado comercial para el canal... Renunciar a los deportes tampoco me parece que haya sido una buena idea, puesto que ambos se beneficiaban con el intercambio, y algo similar sucede con las series norteamericanas, pero probablemente la causa principal de la mala situación sea la falta de publicidad para financiar unos contenidos tan poco mayoritarios. Una vez más, se diría que los que manejan el dinero estaban pensando en otra cosa.
Pues sea lo que sea, ya pueden espabilar, porque La 2 es y ha sido siempre como un refugio antiaéreo: puede que sólo haga falta usarlo en casos de emergencia, pero, como la tele de antes, viene bien que esté ahí. Por seguridad o por higiene mental. Porque si se acaba La 2, (casi) todos estaríamos un poquito acaba2.
¡Hale, a leer un libro!
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