domingo, 30 de mayo de 2010

Episodio 64: Permanezcan en sintonía

Hola, queridos y queridas:

Como toda serie que se precie, Las noticias del fin de semana también necesita de vez en cuando un pequeño lavado de cara, y ante la ingente cantidad de peticiones de mis numerosísimos fans, he decidido cambiar ligeramente el formato para ver si este se hace más atractivo a los ojos. Espero opiniones al respecto.
Por lo que se refiere a los contenidos, no van a cambiar demasiado. Seguirán siendo las mismas criaturas (como diría la ministra Aído) que tenga a bien parir mi mente. Para los próximos días tengo pensado un episodio sobre... bueno, ya lo leeréis. Y para más adelante dejo mi retorno al descuartizamiento metafórico de políticos, que lamento confesar que ya tengo ganas.
Entretanto, sólo puedo confesaros que he sufrido un pequeño descalabro en mi orgullo, y he pasado unos días lamiéndome las heridas metido en mi covacha. Pero sobreviviré, aunque sólo sea para conseguir que este folletín virtual acabe teniendo más episodios que Santa Bárbara.
Mientras tanto, cuidáos. Y traed más acólitos a este vuestro espacio, que estoy sediento de fama y fortuna.
Hasta pronto.

And she will always carry on
Something is lost
But something is found
They will keep on speaking her name
Some things change
Some stay the same.

Pretenders. Hymn to her.

jueves, 13 de mayo de 2010

Episodio 63: No cojas el teléfono

¿Hola, hay alguien al otro lado?


Un día está uno inmerso en su rutina diaria cuando suena el teléfono: "Oye, que tengo un par de entradas para ver al Estu, ¿te animas?". Y ahí lo tenemos: una simple llamadita te cambia completamente las perspectivas, en este caso de forma trivial y para bien, pero te las cambia.


Ay, el Teléfono, ese invento. Se dice que lo inventó Graham Bell y que lo hizo por casualidad, cuando intentaba inventar un aparato para que los sordomudos pudieran comunicarse. Pero también se dice que el italiano Antonio Meucci lo había creado varios años antes que Bell y que lo único que éste hizo fue patentarlo y quedarse con la pasta (notitas culturales de El espectador).


Se dice que a los tíos no nos gusta hablar por teléfono, que es un aparato "de chicas". En mi caso es cierto, y de hecho, las conversaciones más largas que han figurado jamás en mi factura telefónica han sido con mujeres, pero supongo que el que habla, habla, con teléfono o sin necesidad de él.


Se dice que puede dar mal rollo, que suele coger desprevenido y ocasionar sobresaltos, que en cierta Casa hay uno de color rojo que mejor que no suene, y que en cualquier casa es mejor que no suene a ciertas horas de la noche, porque no suele traer noticias agradables.


Se dice que con él se inician y finiquitan todo tipo de relaciones comerciales, sociales, amistosas y sexuales. Que a veces suena por error ("no, no es aquí") y que, en cambio, cuando esperamos ansiosamente su sonido, se alía con Murphy y permanece mudo.


Se dice que su presencia en el cine (en las películas, quiero decir, no en el anuncio de antes de "por favor, apaguen el móvil") suele ser seguido impepinablemente de la amenaza y la muerte: Scream, Escalofrío en la noche, Crimen perfecto, Última llamada, Llamada perdida... Y que también puede ser un buen arma con la que atizar en la cabeza al asesino de turno.

Y se dice que, como ocurre con casi todos los aparatitos inventados con la mejor de las intenciones por una mente preclara, nos hemos convertido en esclavos del puñetero aparatito, y al episodio 43 de este sainete me remito. Es cada vez más complicado encontrar por la calle a alguien que, en un momento dado, no eche mano al bolsillo y se lleve el celular a la oreja. Muy atrás quedan aquellos tiempos en que uno podía estar tranquilamente incomunicado e ilocalizable. Vamos, hace unos diez años. Ahora nos dice el tiempo, la hora, los resultados del fútbol, la lista de los reyes godos... y hasta sirve llamar.
Disfrutemos, pues, de él, pero con moderación, que nunca se sabe quién puede estar al otro lado... Por cierto, estoy pensando en cambiar de móvil...
I wanna tell you what's been goin' on
Operator give me Trans Atlantic
I sit alone as the night goes by
Stare at the phone and wait for your reply.
Sheena Easton. Telephone.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Episodio 62: Coge el teléfono

Saludos, amantes de las emociones extremas:
Un día está uno inmerso en su rutina diaria cuando suena el teléfono: "Oye, que tengo un par de entradas para ver al Estu, ¿te animas?". Y tanto que me animo. Mochila. Pa Madrí. Tal cual, sin más estruendos ni más nada. La rutina diaria se ha roto de repente, y el mundo no se va a hundir por ello.
A veces nos cuesta mucho vencernos y convencernos a nosotros mismos de que podemos cambiar nuestros hábitos, de que, por el hecho de que no lo tengamos planeado de antemano, no podemos hacer algo. Y de repente sucede algo que nos derriba el castillo en el que solemos refugiarnos del mundo, y fruncimos el ceño, nos rascamos la nuca y resoplamos. Nos quedamos mirando al infinito unos instantes pensando qué hacer, oxidados por la costumbre, hasta que, por fin, nos encogemos de hombros y decimos "pues venga". No estoy hablando ahora de los grandes cambios que suceden en nuestra vida y la cambian para siempre, sino de esas pequeños movimientos de las circunstancias, que insisten en no tenernos en cuenta a la hora de suceder.
Viviendo en España, el país de las improvisaciones por excelencia, parece que estas situaciones prácticamente carecen de importancia, y sin embargo, a veces nos cuesta amoldarnos a los imprevistos, como si no estuviésemos preparados para salirnos de nuestro sota-caballo-rey diario cuando, sin avisar, aparece un siete y nos hace un ídem.
Pero, creedme, estamos preparados. Os lo dice un tipo que ha convertido el no arriesgar en un arte, pero que también sabe respirar hondo cuando, de vez en cuando, llama a la puerta un "por qué no". Eso sí, estas ocasionales aventuras (por así llamarlas), igual que la rutina, hay que consumirlas con moderación, ya que, como los dos lados de la misma moneda que son, provocan adicción, y, cuando te quieres dar cuenta, empiezas a pensar que vivir así es lo más natural del mundo y todo el mundo hace igual, y te quedas a cuadros si el amiguete de turno se extraña de tu naturalidad cuando se trata de, ora acomodarte, ora liarte la manta a la cabeza y presentarte en mitad del desierto con una muda y un botellín de agua.
En definitiva: rutina bien, a ratos. Locurillas bien, a ratos. Y para comprobarlo, haced una cosa: trazad un plan... y no lo sigáis.
¡Suerte con la suerte!

lunes, 3 de mayo de 2010

Episodio 61: Comienzo de la tercera temporada: Un experimento

Hola, fieles seguidores:
La semana pasada tuvo lugar un hecho fortuito que no tuvo mayores consecuencias en mi vida. se me ocurrió reflejarlo en este serial, pero en seguida me surgieron dos posibles formas de hacerlo, es decir, dos temas diferentes sobre los que hablar a partir del mismo suceso. Así que he decidido que, ya que empieza el tercer ciclo de treinta episodios de vuestra serie favorita, voy a hacer un juego forma/fondo y voy a comenzar los dos próximos episodios partiendo del referido asunto, a ver qué tal queda el tema.
Naturalmente, como toda serie, hay que darle emoción, así que no empezaré ahora mismo. Estad atent@s a este mismo canal y espero que os guste la tont... el experimento...